Este domingo es 25 de marzo y a pesar de que la fama se la llevará el Domingo de Ramos, no se puede olvidar que este día, tradicionalmente, se conmemora la fiesta de la Encarnación de Cristo. Es más, se debe tomar conciencia de que el aborto ha asesinado a más de 2.025 millones de seres humanos en el mundo desde 1973. Sin duda, el mayor genocidio de la historia, perpetrado sobre el más inocente y el más indefenso, el concebido y no nacido. Hablamos de la cuarta parte de la población mundial.

¿Por qué se toma esta fecha? Muy fácil, en dicho año se legalizó el aborto en EEUU y se convirtió en el precedente a imitar por muchos otros países. En concreto, todo empezó con el caso Roe vs. Wade: en 1970, una joven de 23 años llamada Norma McCorvey denunció que su tercer embarazo era producto de una violación, aunque su caso fue rechazado y se vio obligada a dar a luz. Pero en 1973, su apelación llegó a la Corte Suprema de EEUU, donde los jueces dictaminaron que el gobierno carecía de poder para prohibir los abortos.

Así se despenalizó el aborto en el país y desde entonces, se han matado a más de 50 millones de bebés inocentes sólo en EEUU. Norma McCorvey falleció el pasado febrero y lo hizo habiéndose arrepentido de que su caso llevara a la legalización del aborto, que “deja cicatrices en un número incalculable de madres, padres y familias también”, según informó la BBC.

Eso sí, conviene recordar que EEUU no fue ningún pionero en el asesinato de bebés antes de nacer. La que se colgó tan deleznable medalla fue la Unión Soviética, cuando en 1920, reconoció el 'derecho' de la mujer rusa para detener un embarazo no deseado en relación a problemas de salud.

Entre los años 1973 y 2013, se practicaron más de 1.720 millones abortos en el mundo, según recogió Aciprensa. Si tenemos en cuenta, estadísticas más recientes, donde se señala que el ritmo es de más de 45 millones de asesinatos de bebés inocentes cada año, desde la legalización del aborto en EEUU se habría impedido el nacimiento de más de 2.025 millones de personas. Ojo, porque en esos más de 45 millones sólo se contemplan los abortos quirúrgicos, si se sumaran los químicos, la cifra sería aún más horrorosa.

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Y no podemos olvidar los números de España, donde el aborto se legalizó en 1985. Desde dicho año y hasta 2015, se habían asesinado más de 2,1 millones de bebés inocentes. Actualmente, se asesinan más de 90.000 bebés cada año: en concreto, la última cifra oficial, correspondiente a 2016, fue de 93.131, aunque el Ministerio de Sanidad prefiere ser políticamente correcto y hablar de interrupción voluntaria del embarazo, cómo no. Y a la muerte, podíamos llamarla interrupción voluntaria de la respiración. Desde luego, voluntaria para el niño asesinado no lo es.