- CVC, PAI y Palmira se pasaron con el endeudamiento, problema al que une la falta de liquidez.
- El despiece afectaría a todo el grupo y la venta por separado de Women'secret y Springfield.
- El desenlace para Cortefiel y Pedro del Hierro: reducción y cierre ordenado.
- Los tres fondos de riesgo dan por fracasado el negocio pero no se ponen de acuerdo para escapar.
- Ni han conseguido vender (pedían demasiado) ni ha conseguido la salida a bolsa (por las pérdidas).
- El nombramiento del nuevo Ceo, Jaume Miquel, encaja en la estrategia de venta de marcas.
El relevo en la cúpula ejecutiva del
Grupo Cortefiel, a finales de agosto, daba bastantes pistas de lo que sucede en una empresa controlada por
fondos de capital riesgo -de naturaleza esencialmente especulativa- y encima, en situación crítica. Venta por marcas del grupo textil y desguace. Por ahí van los tiros.
Para entenderlo hay que comprender también los dos problemas, entrelazados, que agarran al grupo en un
sinvivir:
falta de liquidez y elevado
endeudamiento, un cóctel demasiado explosivo que amenaza con acelerar las opciones.
La propia auditora de las cuenta,
Deloitte, ya ha alertado de este problema y ha situado en 527 millones el
agujero patrimonial en la sociedad dominante. Y eso después de que los fondos británicos
CVC,
PAI y
Palmira, que controlan el grupo desde 2016 hayan reconocido una deuda de 1.172 millones de euros (diez veces el
beneficio bruto de explotación) y de que lograran en abril una
prórroga de los
bancos acreedores (hasta marzo de 2018) para refinanciar la deuda.
El debate en los fondos está ahora en el
despiece del grupo y una apuesta por separado de las marcas. Es una pelea es de puertas adentro entre los tres fondos, que
dan el negocio por fracasado pero que no se ponen de acuerdo para
escapar.
El
juego afecta a las tres principales marcas:
Cortefiel y
Springfield y Women'secret. De las tres, Women'secret es la estrella, frente a Cortefiel y Springfield. Es la única con beneficios, es conocida y tiene proyección internacional. En otras palabras es rival de la americana
Victoria'secret y tiene potencial. Y la segunda para mejorar su potencial y vender sería Springfield.
¿
Qué pasaría con el resto?: desguace de
Cortefiel y
Pedro del Hierro por etapas. Es decir, reducción de tamaño y
cierre ordenado.
A los fondos les hubiera encantado
vender el grupo en su conjunto, pero no han encontrado comprador y encima pedía demasiado. Algo parecido a lo que ha ocurrido este año con la
cadena textil Blanco. El
grupo saudí Alhokair compró la cadena a principios de 2014 (pagó 40 millones de euros), decidió desprenderse de ella
y en junio la vendió.
La única diferencia es que a los árabes no les ha salido mal precisamente la operación: colocaron Blanco por el doble (83,1 millones de euros) a un
banco de inversión con sede en Dubai.
Obviamente, CVC, PAI y Palmira hace tiempo que quieren hacer lo mismo (pagaron 1.440 millones a la
familia Hinojosa), pero sin fórmula (han fracasado), y a eso se suma el otro gran problema:
cómo refinanciar la deuda.
La
salida a bolsa tampoco fue posible por las pérdidas del grupo. Carece de lógica económica intentarlo cuando está en pérdidas. Es uno de los motivos que explica la dimisión, en agosto, de la consejera delegada,
Berta Escudero (partidaria de esa opción), y su sustitución por
Jaume Miquel, director general de las cadenas
Cortefiel. Ya se lo contamos, al poner de relieve el juego de ceos, juego de fondos, con una víctima, Cortefiel.
Berta Escudero llevaba algo más de una año como presidenta ejecutiva. Tomó el mando de
Juan Carlos Escribano, Ceo entre 2009 y 2015. Y desde septiembre es Jaume Miquel gobierna los destinos de un
grupo sin rumbo, precisamente por las discrepancias en los tres fondos de riesgos para dejar el barco.
El nombramiento de Miquel no es más que un reflejo de ese desacuerdo, mientras los fondos intentan capear el temporal tirando de los
recursos internos. Pero puede responder también a la nueva estrategia de venta de marcas por separado.
Jaume Miquel conoce muy bien
Women'secret. Ha sido su responsable desde hace más de diez años.
Rafael Esparza