Renfe no dispara su velocidad (como la del tren AVE) y sufre el encarecimiento de la luz (como tantas empresas y ciudadanos). Y es que a pesar de haber recuperado parte de los viajeros y mercancías que transportaba, cerrará 2021 con pérdidas y lejos del beneficio de 2019 por los estragos de la crisis del Covid.
El operador público ferroviario que preside el socialista valenciano Isaías Táboas (ligado al PSC) ha dado a conocer datos provisionales del año pasado, aunque habrá que tener paciencia porque los datos definitivos no viajan ni siquiera a la velocidad del Cercanías o de los regionales: llegarán dentro de dos meses. Por ahora, Renfe presume de haber recuperado 57 millones de viajeros y más de 1 millón de toneladas de mercancías en 2021. En concreto, ha transportado 323 millones de viajeros, un 21,6% más que el año anterior, y 15,3 millones de toneladas de mercancías, según los datos provisionales, por lo que no se habría quedado algo por debajo de las previsiones que ofreció el pasado diciembre: 345 millones y 16 millones, respectivamente. Eso sí, habría logrado aumentar los ingresos en 400 millones, por lo que el total rondaría los 3.000 millones.
No se puede olvidar que la liberalización del AVE, que comenzó en diciembre de 2020, ha provocado que Renfe perdiera el monopolio de la alta velocidad y se afane en su internacionalización para seguir creciendo en ingresos y recuperarse de la crisis Covid
Otra cosa es el resultado. Recuerden que Renfe tuvo unas pérdidas de 277,8 millones en los nueve primeros meses de 2021, un 16% menores a las del mismo periodo del año anterior, pero mayores a las semestrales (-241,8 millones) y preveía cerrar 2021 con un resultado negativo de 348,5 millones y lograr un beneficio de 7,9 millones en 2022, lejos del obtenido en 2019 antes del estallido de la pandemia (86 millones). Y a pesar de recuperar parte de los viajeros y las mercancías y de la contención de gastos no ligados a producción, el alza de la luz ha sido del 80% y le ha supuesto unos sobrecostes de 133 millones en relación a lo previsto, lastrando aún más un resultado que no iba a ser positivo.
Tampoco se puede olvidar que la liberalización del AVE que comenzó en diciembre de 2020 ha provocado que Renfe perdiera el monopolio de la alta velocidad y ahora se afane en su internacionalización para seguir creciendo en ingresos y recuperarse de la crisis Covid. Desde hace meses ya operan los franceses con Ouigo y en el último trimestre de 2022 llegará Iryo, el AVE de la empresa italo-española Ilsa (Intermodalidad de Levante S. A.), que ha recibido apoyo del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Eso sí, el pasado diciembre, Renfe, Ouigo e Iryo señalaron que prevén un incremento del mercado de pasajeros en tren en España y que hay suficiente tamaño de mercado para los tres.