Este 7 de julio, San Fermín, ha arrancado la campaña electoral oficial para el 23-J… y miren por donde Broadcom ha anunciado que invertirá en una fábrica de chips en España. ¿Casualidad? Si uno recuerda al poeta, dramaturgo, filósofo e historiador alemán Friedrich Schiller, quien defendía que las casualidades no existen, por supuesto que el anuncio no es casual y mucho menos en contexto electoral.

Broadcom es una compañía estadounidense que se dedica a diseñar, desarrollar, fabricar y proveer distintos productos de software de infraestructuras y semiconductores (también llamados chips). De hecho, está entre las diez empresas mundiales que se dedican a los famosos chips. Invertirá unos 920 millones de euros en nuestro país y recibirá apoyo de subvenciones públicas, por supuesto: por ejemplo, del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Chip

Como era de esperar, Pedro Sánchez ha presumido del anuncio en Twitter. También en dicha red social, el presidente de Broadcom, Charlie Kanwas, ha señalado que está “emocionado de anunciar nuestra decisión de invertir en el ecosistema de semiconductores de España bajo su programa de apoyo a semiconductores #PERTE_Chip y los principios de la Ley de chips de la UE. Gracias @sanchezcastejon por su apoyo y decisión para construir una cadena de valor global de semiconductores más resistente”.

Por mucho que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, diga que el anuncio de Broadcom “muestra la confianza de los inversores internacionales en nuestro país”, no hay que olvidar las ayudas públicas. De hecho, es el tercer fabricante de chips que ha anunciado su aterrizaje para invertir en España al calor de las ayudas y subvenciones, tras las también estadounidenses -y con sede en el progre estado de California- Cisco e Intel, que instalarán centros de diseño de chips en suelo español.

Eso sí, Sánchez y Calviño no hablan nada de Tesla, que podría no darles una alegría. Recuerden que Elon Musk se fijó en España para fabricar baterías... al calor de las ayudas públicas, pero la filtración de la negociación podría hacerle cambiar de planes.