Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, firmaba el sábado 6, la compra de Targobank al francés Credit Mutuel.
Recuerden que esta poderosa entidad francesa, al menos por tamaño, no ha tenido éxito en España. Adquirió sucursales a Banco Popular y les dio la rúbrica Targobank, banca ética, lo que no se sabe si es un solecismo o una contradicción 'in terminis’.
El Popular no le cedió, precisamente, las mejores oficinas de su red pero, sobre todo, Credit Mutuel (CM) era y es un banco con mucha experiencia, en Francia, en el sector de particulares y profesionales, y con una inclinación muy fuerte hacia el sector seguros. Y claro, como casi toda la red del Popular, la red de Targobank en el momento de la compra de Mutuel estaba especializada en pymes... que no eran la especialidad de los franceses.
Pero los franceses se empeñaron en convertir Targobank en un banco de particulares… y fracasaron, así que ahora se lo han colocado al hispano-venezolano Escotet y se han marchado.
No sabemos las condiciones del contrato, pero seguramente se lo han vendido barato. Recuerden: Escotet compró las cajas gallegas al FROB con el dinero del FROB, es decir, en una operación financiada con el dinero del vendedor, es decir, con el dinero de todos los españoles.
Para entendernos, el "Hay que saber comprar", de Juan Carlos Escotet significa que hay que saber comprar... con el dinero de los demás.
Y con ese mismo dinero, el de todos los españoles, sigue comprando Escotet, dado que el Estado fortaleció el balance de las antiguas Caixa Galicia y Caixanova, la del norte y la del sur, con mucho entusiasmo y mayor generosidad.
Es más, a ello colaboró un tal Alberto Núñez Feijóo, entonces presidente de Galicia, cuando soltó aquello de que mejor un venezolano que un catalán y prefirió a Escotet antes que a Isidro Fainé.
En pago, el hoy presidente de Abanca se esforzó no mucho, -pues seguía disparando con pólvora del Rey- en hacerse con el control de Pescanova, la pesquera gallega más importante. Ahora, se prepara para acabar en manos extranjeras o peor, en manos de fondos depredadores, porque Escotet ya ha encontrado una excusa ideal para desprenderse de Pescanova: el Banco Central Europeo (BCE) no le permitía asumir el riesgo de ser el propietario de más del 80% de las acciones de una compañía industrial. ¡Ah! y utilizando más dinero de los demás, también público: el de los fondos europeos utilizados en el presunto relanzamiento de Pescanova.
Con la excusa de la reglamentación BCE ya veremos dónde acaba Pescanova. Por cierto, cuando se hizo con la mayoría del capital, ¿no sabía ya que al BCE no le iba a gustar?
Escotet, sí que sabe hacer negocios en España.
Sí, Targobank no representa sino el 6% del balance de Abanca, pero eso no quita que si no fuera por la vergonzosa privatización de las cajas de ahorros gallegas ejecutada por el Banco de España, el venezolano no podría seguir creciendo como lo está haciendo, no gracias a méritos propios, sino al dinero de todos los españoles.