Sin duda, la semana empieza bien para Florentino Pérez. Su primera alegría viene de parte de Abertis: obtiene un beneficio neto de 197 millones de euros en los tres primeros meses del año, lo que supone un incremento del 8% respecto al 2022, impulsado por los incrementos de las tarifas de peaje.

Las tarifas subieron un 4% y el tráfico un 1%, sumado a la incorporación de los activos adquiridos en los últimos meses, ha permitido incrementar un 6% sus ingresos. Aumentan también los ingresos, que crecieron un 14% hasta los 1.500 millones de euros, y su resultado bruto de explotación (Ebitda), con un alza del 15%, alcanzando los 1.100 millones de euros, según ha informado la compañía.

Lo que arrojan una vez más sus cuentas es, como dijimos en Hispanidad, la pérdida de las concesiones en España. El Gobierno decidió no renovar la concesión y vuelve a tener un gran impacto. Es más, en el país queda pendiente la reforma del sistema de carreteras, y todo llama a pensar que se impondrá el modelo de pago por uso, aunque el Ministro de Transportes, Óscar Puente aseguró que es un modelo que no se plantea.  Todo ello, hace que Francia se haya colocado a la cabeza como el primer mercado del grupo: Sanef es la joya de la corona de Abertis y Estados Unidos es un mercado creciente, en España, siguen a la espera. 

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Estos resultados de Abertis se repartirán entre ACS (Florentino), Atlantia (Benetton) y Blackstone. Cabe recordar que Abertis Holding -que se compone de un 50% menos una acción propiedad de ACS (Florentino Pérez) y un 50% más una acción de Atlantia (Benetton) - es propietaria del 99,3% de Abertis, grupo líder en gestión de autopistas de peaje e infraestructuras. De la participación de ACS, Hochtief, filial germana de ACS, cuenta con el 20% del capital menos una acción. Pero, tras la guerra de OPAS entre Florentino y los Benetton, los italianos se unieron a Blackstone para hacerse con el control de Atlantia. Con la paz firmada se configuraba el nuevo consejo de Abertis, con Juan Santamaría, nuevo delfín de Florentino, a la cabeza.

Todo ello hace que sean los italianos los que corran con la deuda, la cual se ha conseguido recudir en 1.100 millones de euros, de 25.900 millones de euros a 24.800 millones de euros, en este primer trimestre. Y es que Florentino, al tener el 50% menos una acción, se libra de contabilizarla en su bolsillo.