Y en el primer trimestre de este año ha confirmado sus previsiones. Porque el fabricante alemán de ropa y material deportivo perdió 39 millones de euros hasta marzo, frente a las ganancias de 482 millones del mismo periodo del año pasado, según ha informado la compañía.
Adidas ha recordado que la interrupción del negocio de Yeezy, la marca desarrollada en colaboración con Kanye West, representó un lastre de alrededor de 400 millones en la comparación anual, principalmente en las regiones de América del Norte, China y EMEA (Europa, Oriente Próximo y África).
Ahora bien, además de todo lo anterior, lo cierto es que las ventas cayeron un 0,5%, hasta los 5.274 millones de euros, mientras los costes crecieron un 9,7%, hasta 2.911 millones de euros. Es decir, menos ventas y más costes. Algo no marcha bien en la compañía, además de la interrupción de Yeezy.
En cuanto a su margen bruto, este disminuyó un 5,1%, hasta el 44,8% desde el 49,9%.
El consejero delegado de Adidas, Bjorn Gulden, señaló: “El primer trimestre terminó un poco mejor de lo que esperábamos”. Aunque insistió en que “2023 será un año lleno de baches con números decepcionantes, donde maximizar nuestros resultados financieros a corto plazo no es nuestro objetivo. Es un año de transición para construir una base sólida para un mejor 2024 y un buen 2025 y más allá”.
También explicó que si decidiera cancelar el inventario de Yeezy esto reduciría el beneficio operativo en 500 millones de euros adicionales este año, además de asumir un impacto estimado de otros 200 millones en costes relacionados con la revisión estratégica en curso. "Si todos estos efectos se materializaran, la compañía espera reportar una pérdida operativa de 700 millones de euros en 2023”.