La pandemia del coronavirus colocó a las aerolíneas al borde de la quiebra, y aunque hay menos restricciones, la recuperación tardará en llegar. Una muestra de esto se puede ver en EasyJet, que ha recuperado algo de aire en su tercer trimestre fiscal (abril a junio), pero aún acumula unas pérdidas de 1.114 millones de euros en los nueve primeros meses (octubre a junio) de su presente ejercicio.
La low cost británica ha perdido 367 millones entre abril y junio, un 8,2% menos que hace un año, pero que se suman a los números rojos de 747 millones registrados en su primer semestre, los cuales fueron un 82,7% superiores a los de un año antes. Los ingresos se han situado en 245 millones en el tercer trimestre, 29 veces más que hace un año, cuando se situaron en 8,33 millones, gracias al aumento de pasajeros, que han pasado de 117.000 a 2,9 millones. Una gran mejora en ingresos entre abril y junio, pues la cifra se acerca mucho a la obtenida en su primer semestre (278 millones), que suponía un desplome del 90% respecto a la del mismo periodo del ejercicio anterior. Eso sí, la deuda neta se ha mantenido en 2.314 millones.
EasyJet ha destacado que los resultados están “en línea con las expectativas” y ha anunciado que la capacidad en el cuarto trimestre (julio a septiembre) será de hasta el 60% respecto a los niveles de 2019, frente al 17% que tenía el pasado junio. Tiene muchas esperanzas puestas en España, uno de los destinos vacacionales preferidos de los europeos: “Juega un papel fundamental este verano en la recuperación tras la pandemia”. De hecho, ya ha lanzado 18 nuevas rutas en nuestro país, seis de ellas desde la base de Barcelona, y también tiene bases en Palma de Mallorca y Málaga, dos ciudades que se han situado entre los destinos más demandados en su tercer trimestre.