Airbus no logra aplauso de los inversores por las menores entregas de aviones comerciales en mayo, pues la cotización baja un 1,37%. Sin embargo, sí recibe dicho aplauso su principal rival, Boeing, pese a que los fallos en los propulsores retrasaron la llegada de la nave tripulada Starliner a la Estación Espacial Internacional: su cotización asciende un 0,83%

El fabricante aeronáutico europeo ha entregado 53 aviones comerciales en mayo, 10 menos que en el mismo mes del año anterior. Eso sí, acumula 256 entregas en los cinco primeros meses del año, 12 unidades más, y tiene pedidos firmados para 254 aviones, cifra que supera en 124 la registrada en el mismo periodo de 2023.

Sin embargo, parece que los inversores tienen dudas y no acaban de ver claro el panorama de entregas. Airbus trabaja para elevar los ritmos de producción y entrega de aviones para cumplir el ambicioso objetivo de llegar a 800 unidades en el conjunto del año, superando los 735 aviones comerciales entregados en 2023, y también para destensar su cartera neta de pedidos, que al cierre de 2023 ascendía a 8.598 unidades. Ricardo Rojas, presidente de la división de Aviones Comerciales de Airbus España, ha señalado que “todos los modelos que tenemos en cartera van a incrementar su producción, que terminará en su punto máximo en 2026”.

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No es el primer tironcillo de orejas que recibe Airbus de los inversores en los últimos meses. A finales de abril, tras dar conocer los resultados del primer trimestre, su cotización bajó más de un 2%, pese a elevar ingresos y beneficio neto, porque el beneficio neto de explotación (ebit) cayó un 25%, lejos del aumento del 2% que preveían los analistas. Es cierto que le va mejor que a Boeing, pero no en todas las áreas: va bien en aviones comerciales, aunque no tanto en helicópteros y Defensa (donde ahora tiene problemas por los satélites).

Decíamos que a Boeing se le puede considerar ‘El Pupas’ por todo lo que lleva afrontando en los últimos años: problemas de seguridad y dos accidentes con 346 muertos en 2018 y 2019, el batacazo del Covid-19, problemas en otros modelos y en las entregas del 787 por un proveedor... y desde hace unos meses, la crisis de seguridad de los 737 Max 9. A esto se han sumado problemas en las alas del 787 y la cancelación del primer lanzamiento de su primera nave tripulada al espacio (la Starliner). Finalmente, dicho lanzamiento ha tenido lugar, pero no sin problemas, porque unos fallos en los propulsores provocaron que se retrasara la llegada de la nave a la Estación Espacial Internacional.

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Crisis y problemas que han llevado a que la acción de Boeing acumule una caída del 24% en lo que va de año, y que en capitalización bursátil, al igual que en entregas de aviones, esté por debajo de Airbus: vale unos 107.950 millones de euros, mientras que el europeo vale 119.400 millones. Además, cabe referir que el CEO de Boeing, Dave Calhoun, dejará la compañía a finales de año y deja tarea para su sucesor, aunque deberá testificar ante un panel del Senado de EEUU, como se ha conocido recientemente.