Este lunes, Alberto Gutiérrez ha señalado que “el tren no desplazará al avión en corta y media distancia”, un tema reseñable en el presente y en el futuro de la aviación, sobre todo, después de que Francia prohibiera los vuelos cortos si hay alternativa ferroviaria. El jefe de Operaciones de Airbus y presidente de su filial en España también ha querido dejar claro que “el progreso no consiste en viajar menos y volar menos, sino en viajar más y volar más”, en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. “La aviación es una fuerza para el bien y está para quedarse”, ha añadido.

Y al hilo de esto, tranquilidad para los histéricos climáticos, porque en Airbus hay un compromiso por la sostenibilidad, a pesar de que la cantidad de emisiones del sector de aviación comercial sólo suponen el 2% de las totales del mundo y Airbus representa cerca del 1%, mientras que las del transporte por carretera son seis veces superiores. Este compromiso es uno de los tres retos que afronta el gigante aeronáutico europeo y en el que ya está trabajando. Primero con la apuesta por los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), con vuelos con un 50% de estos y otro 50% de combustibles tradicionales, y con la vista puesta en llegar al 100% para 2030. Segundo, aspira a tener un avión de hidrógeno para 2035, tecnología que no emite CO2 pero sí óxidos de nitrógeno (NOx) cuando se combustiona y en la que aún hay que trabajar en aspectos como su producción a gran escala, el transporte o el almacenamiento.

El principal reto es el de aumentar la cadencia de producción, donde “el principal cuello de botella se llama cadena de suministro” y se ha visto afectada por “la pandemia, la guerra de Ucrania, los altos precios de la energía, el aumento del precio del dinero...”

 

Pero Airbus también tiene otros retos que afrontar. El principal es el de aumentar la cadencia de producción ante la demanda brutal que hay tras el Covid, donde “el principal cuello de botella se llama cadena de suministro” y se ha visto afectada por “la pandemia, la guerra de Ucrania, los altos precios de la energía, el aumento del precio del dinero...”, pero el objetivo es pasar de 50 aviones mensuales del A320 a 75 en los próximos dos-tres años. Y el otro reto es el propio sistema industrial, por lo que vendrá tras la automotización y la robotización.

Respecto a las previsiones, Airbus habla de crecimiento en la flota global de aviones comerciales, lo que supondrá que las aerolíneas necesitarán 40.850 en los próximos 20 años, tanto nuevos como reemplazos de otros para reducir emisiones. Gutiérrez ha explicado que el 80% serán de pasillo único, donde Airbus tendrá una cuota de mercado del 60% si llega a los 75 aviones mensuales producido; y el 20% restante serán de doble pasillo, donde “compartimos el mercado con los rivales” y son parte importante en la división de aviación civil que tiene en nuestro país. También ha aprovechado para dibujar la huella industrial del gigante aeronáutico europeo en España: 13.000 empleados, presencia en seis provincias, cabecera del negocio de aviones militares, 2.900 millones de euros aportados al PIB, inversiones de 500 millones y 1.600 millones en compras a proveedores españoles. Ante la pregunta de Hispanidad, Gutiérrez ha señalado que durante “el Covid la producción cayó un 40%, se adoptó un ERTE sólo en el sector civil y hubo una pérdida mínima de empleo, pero en 2022 se volvió a la senda de crecimiento con 1.000 contrataciones y este año se sumarán otros 1.000, superando los niveles preCovid”. “No hemos cerrado ninguna planta, hemos consolidado plantas”, ha subrayado, aludiendo a la unión de la de Puerto Real y la del Centro Bahía de Cádiz (CBC) situada en El Puerto de Santa María, “para hacerlas crecer”.

Respecto al FCAS, deja claro que ya hay paz con el Gobierno: “En España la coordinación la lleva Indra, somos conscientes de nuestro efecto tractor y tenemos el compromiso firme de ayudar en los tres países (Alemania, Francia y España), y sobre todo en España, para que sea un proyecto de éxito

 

Respecto al nuevo avión de combate europeo (el conocido como FCAS), el jefe de operaciones de Airbus y presidente de la filial española ha dejado claro que ya hay paz con el Gobierno: “En España la coordinación la lleva Indra, somos conscientes de nuestro efecto tractor y tenemos el compromiso firme de ayudar en los tres países (Alemania, Francia y España), y sobre todo en España, para que sea un proyecto de éxito”. También ha defendido el papel del A400M en la lucha contra incendios, tras las pruebas del año pasado, al considerar que puede jugar un papel al poder arrojar 20 toneladas de agua o retardante en pocos segundos y poder volar a baja altura, así como por su capacidad de actuación nocturna. Además, ha referido los helicópteros, que tienen una capacidad de respuesta rápida pero una carga limitada (300-400 litros de agua) y los satélites a la hora de la detección.

Gutiérrez ha sido presentado por Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, quien ha destacado que es “un asturiano de Gijón de nacimiento y madrileño de formación”. Un ingeniero de Telecomunicaciones que era un apasionado de todo lo que volaba y ha sido el primer español en entrar en el comité ejecutivo de Airbus. “Vuela alto, pero le gusta ir a la montaña andando, la cocina creativa y el cine (destacando las películas Dos hombres y un destino, y la saga de Misión imposible)”, ha añadido el presidente de la patronal empresarial. Además, ha anunciado que en la CEOE se creará una comisión de defensa y aeroespacial