Alemania no ha empezado el año ni la vuelta a la normalidad tras las vacaciones de Navidad de la mejor forma. A pesar de que Alianza 90/Los Verdes está en el poder (forma parte del gobierno de coalición), afronta fuertes protestas de los agricultores por recortar las desgravaciones en combustible.

Como saben, el gobierno de coalición alemán que lidera Olaf Scholz se compone de tres formaciones: el Partido Socialdemócrata de Alemania -SPD-, el Partido Liberal Democrático de Alemania -FDP- y Alianza 90/Los Verdes. A pesar de esto, han llevado a cabo, por ejemplo, una errática política energética: cerraron sus últimas centrales nucleares, pasando a usar más gas y hasta más carbón. Y ahora han cometido otro error que perjudica a los agricultores, porque a finales del año pasado y tras el varapalo del Tribunal Constitucional alemán por reasignar fondos sobrantes del Covid al clima y otras cosas, ha tenido que tomar medidas de ajuste de cara a los presupuestos de 2024 y entre ellas ha decidido reducir las ayudas del combustible agrícola. En concreto, va a eliminar sus desgravaciones fiscales de forma gradual hasta 2026, con una reducción del 40% para este año, aunque por ahora no quitarán la subvención a los impuestos de los vehículos agrícolas.

La reacción a la reducción de las desgravaciones del combustible agrícola no se han hecho esperar, pues la Asociación de Agricultores de Alemania ha convocado una semana de movilizaciones que arrancó hace días y que incluirá una gran manifestación en Berlín el próximo lunes 15 junto a otra a nivel nacional. Los tractores, con ayuda de transportistas, bloquean distintas calles y autopistas estos días e incluso su protesta se ha empezado a notar en algunas fábricas con interrupciones de su actividad por el bloqueo de rutas. “Hacemos uso de este derecho a manifestarnos para garantizar el futuro de nuestros jóvenes, pero también para seguir garantizando la seguridad alimentaria”, ha destacado Joachim Rukwied, presidente de la asociación de agricultores DBV. “Pedimos comprensión a la población”, ha añadido.

Por su parte, el vicecanciller y ministro de Economía y Acción por el Clima, así como miembro de Alianza 90/Los Verdes, Robert Habeck, se ha limitado a pedir a los manifestantes no dejarse arrastrar por “el programa del populismo del resentimiento” y a criticar que “circulan llamamientos con fantasías de subversión, se forman grupos extremistas, se exhiben abiertamente símbolos étnico-nacionalistas”. Habeck al hablar de populismo cae en el mismo error que muchos partidos de izquierda de España, sobre todo PSOE y Sumar, cuando han criticado las protestas contra Pedro Sánchez en la calle Ferraz y en las que también se rezaba el rosario. Agricultores alemanes intentaron asaltar un ferry en el que viajaba Habeck hace unos días, pero eso no le ha impedido viajar bastante estos días: ha pasado por Bruselas (Bélgica), Omán y Arabia Saudí... parece que no le preocupan mucho las decenas de miles de tractores y camiones que están protestando en su país. 

El analista económico Marc Vidal ha referido en COPE que los agricultores alemanes “la están liando y como cuentan con la ayuda de los transportistas por carretera, los cortes de autopistas sembraron el caos en Alemania. Y esto es el principio”. “Es lo mismo que pasó en España cuando transportistas y agricultores eran acusados en sus diferentes protestas de estar dirigidos políticamente y el problema no se solucionó”, ha subrayado, recordando que en nuestro país “el campo agoniza por culpa de la inflación, la sequía y la competencia desleal que viven todos los días”.

Y ojo, porque a esto último se suma que el campo español también se verá afectado por la eliminación de las bonificaciones al gasóleo agrícola que hasta el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha justificado porque los niveles actuales de precios del gasóleo “son notablemente inferiores a los que existían en el año 2022”. Es más, como España quiere ser cada día más y más verde, en parte por la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, en la COP 28 se sumó al grupo de países que se comprometió a eliminar subvenciones a los combustibles fósiles antes de 2030: sobre todo a la gasolina, el carbón, el gas y el gasóleo (A, B -el conocido como agrícola- y C -el de calefacción-). Así encarecerá el combustible que pagan agricultores, pescadores, industrias y hasta hogares... pero eso es lo de menos en el impulso verde (ya saben que todo lo verde es caro).