Toma de posesión -martes 11- de Joachim Nagel como nuevo presidente del Bundesbank, en sustitución de Jens Weidmann que a sus 53 años y después de una década al frente del banco central alemán, ha decidido dar un giro a su actividad profesional. La estrella invitada, Christine Lagarde.
Nagel, como antes Weidmann, no tiene claro que el BCE deba continuar con los estímulos monetarios con una inflación disparada que en diciembre alcanzó el 5%. “Es cierto que la elevada inflación puede atribuirse a efectos especiales que expiran de forma automática, pero no por completo. Veo el riesgo de que la inflación pueda permanecer elevada por más tiempo del previsto”, afirmó Nagel, bajo la atenta mirada de Lagarde. Y para añadir un punto más de presión, añadió: “La población de Alemania espera que el Bundesbank sea un defensor de la cultura de la estabilidad. Puedo asegurarlo: lo seguiremos siendo”, sentenció.
Lagarde mostró su faceta más empática. “Entendemos que la subida de los precios son una preocupación para mucha gente y nos tomamos esa preocupación muy en serio”, afirmó. “La gente puede confiar en que nuestro compromiso con la estabilidad de precios es inquebrantable”, aseguró y, para no dejar ningún cabo suelo, añadió: “Tenemos claridad sobre las herramientas en nuestra caja de herramientas de política monetaria y cómo y cuándo usarlas”.
Lagarde no ha descubierto nada que no sepamos. El problema es que el BCE insiste en que la elevada inflación es temporal y que bajará durante 2022 para situarse por debajo del objetivo del 2% en 2023 y 2024. De momento estamos lejos: diciembre cerró con un IPC del 5% en la eurozona, un nivel superado en noviembre en la OCDE, donde alcanzó el 5,8%, el más alto desde mayo de 1996.
Lagarde no quiere subir los tipos durante 2022 -sería un golpe durísimo para los países sobre-endeudados como España o Italia-, pero también sabe que no podrá mantener su política actual si la FED comienza a subirlos en marzo, tal y como ha sugerido este martes el presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic. Y es que históricamente, la FED le ha marcado el camino a Europa. Además, los tipos deben subir.
Toma de posesión de Nagel y primer aviso a Lagarde.