Alstom no ha descarrilado en bolsa, después de haber publicado los resultados de su último ejercicio fiscal (1 de abril de 2023 a 31 de marzo de 2024) el día 8, sino que su cotización se ha disparado más de un 9%. Parece que los inversores han premiado el aumento de las ventas y los planes futuros para el presente ejercicio, a pesar de haber registrado pérdidas de 309 millones de euros y de haber decidido no repartir dividendo. Eso sí, este jueves 9, la acción baja un 2,8%, un detalle menor si se tiene en cuenta que acumula una revalorización cercana al 37% en lo que va de año.
El fabricante ferroviario francés ha elevado sus ventas un 6,7%, a 17.610 millones, lo que supone un 9,4% en términos orgánicos (excluyendo el efecto del tipo de cambio y las variaciones de perímetro). Europa ha sido la región que más ingresos ha aportado, con 10.185 millones (+2,5%); seguida de América (3.466 millones, un 21,9% más), Asia Pacífico (2.424 millones, un 1,9% más), Oriente Próximo y África (1.544 millones, un 14,4% más). Sin embargo, los pedidos recibidos han bajado un 8,4%, a 18.947 millones.
Alstom acumula una revalorización bursátil cercana al 37% en lo que va de año
Por su parte, el resultado neto ha arrojado unas pérdidas de 309 millones, 2,3 veces superiores a las del ejercicio anterior. Alstom se ha visto afectado por el impacto negativo de los costes de reestructuración (147 millones), pues anunció 1.500 despidos (el 1,875% de su plantilla que en total asciende a más de 80.000 personas -más de 3.100 en España-) y de las amortizaciones y costes de integración (363 millones). Esto último demuestra que aún le sigue costando digerir la compra del negocio ferroviario de la empresa canadiense Bombardier (operación que cerró en enero de 2021). Y ojo, porque la deuda neta ha crecido, situándose en 2.994 millones; y el flujo de caja libre ha pasado de uno positivo de 199 millones a uno negativo de -557 millones, pese a la fuerte generación de caja en su segundo semestre (562 millones) por la recuperación operativa, “con una sólida entrada de pedidos, un fuerte crecimiento orgánico y una mejora de la rentabilidad”, ha explicado el presidente y CEO de Alstom, Henri Poupart-Lafarge. Por su parte, la liquidez se ha situado en 6.300 millones.
Para no descarrilar, el fabricante ferroviario francés va a realizar un plan de desapalancamiento de 2.000 millones, a través de desinversiones, emisión de bonos híbridos y un aumento de capital mediante derechos de suscripción preferente antes del próximo septiembre. Un plan que cuenta con el apoyo de sus accionistas de referencia, entre ellos: Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) -que administra planes de pensión y programas de seguros públicos de Quebec-, con un 17,4%; e inversores individuales (8,6%) -que incluyen al banco público de inversiones francés Bpifrance-. Y de cara al presente ejercicio fiscal, Alstom prevé un crecimiento orgánico de las ventas de alrededor del 5% y generar un flujo de caja libre de 300-500 millones.
Alstom tiene más de 3.100 empleados en España y es el que fabrica los trenes de alta velocidad Ouigo que compiten con Renfe e Iryo y son propiedad del operador ferroviario francés SNCF, es decir, los mismos a los que tanto ha criticado el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Eso sí, en la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros, Puente ha presumido de la visita que realizó con el presidente de Renfe, Raül Blanco, a la fábrica que Alstom tiene en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) el pasado 26 de abril, donde se están produciendo 201 trenes de gran capacidad para Cercanías (ahora con varios problemas en Madrid) y Rodalies. Recuerden que los más de 3.100 empleados que tiene en España se reparten en 27 centros, destacando la fábrica de producción de trenes barcelonesa citada, otros tres centros industriales de componentes -situados en Trápaga (Vizcaya), Getafe (Madrid) y Pinto (Madrid)-, así como cuatro grandes centros de innovación e ingeniería.