Alstom ha recibido castigo bursátil (su cotización cae un 5% en las primeras horas de la sesión, aunque al mediodía se ha moderado al 4%), tras conocerse los resultados de su último ejercicio fiscal (abril de 2022 a marzo de 2023). Y todo ello a pesar del fuerte descenso de pérdidas, de la vuelta a un resultado neto ajustado positivo y de mayores ingresos y pedidos.
El fabricante ferroviario francés ha reducido notablemente sus pérdidas un 87,3%, a 132 millones de euros, en su último ejercicio. Asimismo, su resultado neto ajustado (que incluye sólo negocios que continúan y excluye elementos no recurrentes) ha vuelto a terreno positivo, situándose en 292 millones. El resultado de explotación (ebit) ajustado ha ascendido a 852 millones y el margen operativo ajustado ha pasado del 5% al 5,2%, pero debe mejorar porque el objetivo es situarlo en torno al 6% en el presente ejercicio y llegar a un rango del 8-10% para el ejercicio 2025-2026.
Por su parte, la facturación de Alstom ha crecido un 7% en términos absolutos y un 5% en comparables, a 16.507 millones. El material rodante (que incluye el AVE low cost Ouigo) es el negocio que más aporta, con 8.800 millones (+2%); le sigue la actividad de servicios, con 3.800 (+12%); la de señalización, con 2.400 millones (+7%); y la de sistemas, con 1.500 millones (+25%). La compañía ha recibido pedidos por 20.694 millones, con lo que su cartera de pedidos ha ascendido a 87.400 millones y da buena perspectiva sobre las ventas futuras y también la carga de trabajo de sus más de 80.000 empleados (tras contratar 7.500). Ambas magnitudes han seguido mostrando la buena evolución que ya se vio en los nueve primeros meses del ejercicio. Respecto a los trabajadores, cabe destacar los más de 3.100 que tiene en España, repartidos en cuatro centros industriales, cuatro centros tecnológicos y más de una veintena de talleres de mantenimiento. Además, entre los últimos encargos que ha recibido un ‘megapedido’ de 1.000 millones para trenes de cercanías de París y un proyecto piloto de Adif por 13,7 millones para poner el sistema europeo de gestión del tráfico ferroviario (conocido como ERTMS) en líneas secundarias.
Alstom ha logrado una notable mejora del flujo de caja libre, que ha pasado de -992 millones a ser positivo en 199 millones, y la posición de liquidez es sólida (4.787 millones) y cuenta con unos fondos propios de 9.102 millones. Sin embargo, ha aumentado ligeramente la deuda neta, que ha pasado de los 2.085 millones de hace un año a 2.135 millones. Y seguirá repartiendo un prudente dividendo, que será de 0,25 euros, lo que supone el 33% del resultado neto ajustado.
La compañía “completa el ejercicio operativamente más fuerte y acelerando su transformación. En particular, hemos adaptado nuestro modelo para afrontar con éxito las crisis de la cadena de suministro y de los componentes electrónicos”, ha señalado su presidente y CEO, Henri Poupart-Lafarge. “La dinámica del mercado sigue siendo muy positiva, con perspectivas de pedidos y de crecimiento convincentes en todas las regiones, sostenidas por un entorno político favorables centrado en la descarbonización del transporte”, ha añadido.