Alstom ya digiere mejor la fusión con el negocio ferroviario de la empresa canadiense Bombardier, que se acometió a finales de enero de 2021. De hecho, su CEO, Henri Poupart-Lafarge, ha señalado que “avanzamos con paso firme en nuestra hoja de ruta, y los márgenes de cartera han vuelto a los niveles anteriores a la fusión”. Además, se ha pisado el acelerador tanto en ingresos como en beneficio en su primer semestre fiscal (abril a septiembre).
El fabricante ferroviario francés no es baladí en España, donde cuenta con más de 3.200 empleados, dentro de los más de 80.000 que tiene en todo el mundo. En nuestro país, sus trabajadores se reparten entre una fábrica de producción de trenes situada en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), dos centros industriales de componentes -situados en Trápaga (Vizcaya) y Pinto (Madrid)- y cuatro grandes centros de innovación e ingeniería, así como varios centros de servicios de mantenimiento y oficinas. Entre sus últimos movimientos en nuestro país, está la primera implementación de su tecnología de alimentación sin catenaria APS en un nuevo tramo del tranvía de Barcelona,… algo que podría venir muy bien en otros tramos de la red ferroviaria española que han tenido demasiadas averías por falta de suministro eléctrico en las catenarias, como en la estación de Chamartín.
Entre sus últimos movimientos en España, está la primera implementación de su tecnología de alimentación sin catenaria APS en un nuevo tramo del tranvía de Barcelona,… algo que podría venir muy bien en otros tramos de la red ferroviaria española... que han tenido demasiadas averías por falta de suministro eléctrico en las catenarias
Vayamos a los resultados. Los ingresos han crecido un 3,9%, a 8.775 millones, y en términos orgánicos -sin contar el efecto del tipo de cambio y las variaciones de perímetro-, la subida habría sido del 5,6%. Europa ha aportado la mayor parte (4.911 millones, sólo un 0,7% más que los de hace un año), seguida de América (1.813 millones, un 9% más), Asia-Pacífico (1.312 millones, un 12,6% más) y Oriente Medio, África y Asia Central (739 millones, en línea con los de hace un año). Y los pedidos recibidos se han disparado un 29,6% (+30% en términos orgánicos), a 10.950 millones.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) se ha movido al alza, pasando de 592 millones a 708 millones. El beneficio neto atribuido ha ascendido a 53 millones, frente al escaso millón obtenido hace un año y las pérdidas de 309 millones registradas en el último año fiscal que cerró el pasado marzo. Beneficio al fin y al cabo, a pesar de anotarse otro impacto negativo de 83 millones por costes de reestructuración e integración. Sin tener en cuenta esto, el beneficio neto ajustado se ha disparado un 28,7%, hasta 224 millones.
Alstom no sólo ha mejorado en ingresos, pedidos y beneficio, sino que ha reducido deuda neta, pasando de 2.994 millones al cierre del pasado marzo a 927 millones. Asimismo, la liquidez ha ascendido a 1.789 millones. Y de cara al resto del ejercicio fiscal, ha confirmado previsiones, entre las que figura generar un flujo de caja libre de entre 300 y 500 millones. “La demanda sigue siendo sólida al verse impulsada por las políticas de movilidad verde y se ha mostrado resiliente ante las tensiones geopolíticas”, ha explicado Poupart-Lafarge, añadiendo que el fabricante ferroviario se está centrando en Servicios y en Señalización. Eso sí, sin dejar de lado la fabricación de trenes, entre los que figuran los de alta velocidad de Ouigo (que compiten con Renfe e Iryo -ahora ya controlado por el Estado italiano-, y son propiedad del operador ferroviario galo SNCF), así como 201 trenes de gran capacidad para Cercanías (ahora con varios problemas en Madrid) y Rodalies.