A Amancio Ortega se le conoce sobre todo por ser el fundador y primer accionista de Inditex, por ser el más rico de España, por sus millonarias inversiones vía Pontegadea y por destinar millones a causas solidarias, entre ellas a la Sanidad pública, pero hay más. Parece que no le agradan demasiado ni Ignacio S. Galán ni el fondo soberano de Catar (QIA), porque hasta ahora ha realizado tres operaciones con Repsol y ninguna con Iberdrola.
A Ortega le gusta el sector de la energía desde hace muchos años e incluso tiene una espina clavada. En 2005, el Banco Santander intentó vender su participación del 22% en Unión Fenosa a un grupo de cajas y de empresarios gallegos (entre estos últimos figuraba Ortega, aunque no es gallego sino leonés), pero al final el banco que entonces presidía Emilio Botín les dejó plantados y prefirió vendérsela a Florentino Pérez, o sea, a ACS. Este último, como ha hecho con más de una empresa, decidió venderla años después a Gas Natural, pasando a llamarse Gas Natural Fenosa (GNF) y más tarde, en 2018, cambió su nombre por el de Naturgy.
Tras esta espinita, Ortega ha estado varios años sin invertir en energía, prefiriendo hacerlo en Inditex y en inmuebles, así Pontegadea se ha convertido en la gran inmobiliaria española: a los activos residenciales está sumando cada vez más logísticos, bajo las riendas de José Arnau, el hombre de confianza de Amancio Ortega y de su esposa, Flora Pérez Marcote. Asimismo, está la apuesta por Telxius, donde entró en 2018 con un 9,9%, al unirse a Telefónica para comprar al fondo KKR el 40% que tenía de esta filial de infraestructuras de telecomunicaciones: ahora Pontegadea posee el 30% y Telefónica el 70%, tras la salida de KKR.
Claro que la estrategia de diversificación de Pontegadea ha llevado irremediablemente a entrar en algunas compañías del sector energético: Pontegadea posee el 5% de Enagás, compañía transportista de gas y gestora del sistema gasista español donde el Estado controla el 5%; el 5% de su filial verde (Enagás Renovables); y el 5% de Redeia, la empresa transportista de electricidad y operadora del sistema eléctrico español en la que el Estado posee el 20%; el 12% de REN, el operador de redes eléctricas portuguesas. Claro que eso no es todo, porque Ortega también ha decidido entrar en activos energéticos relacionados con las renovables, aprovechando que las compañías se han lanzado a la búsqueda de socios para ayudar a financiar las elevadas inversiones que requiere la transición ecológica. Así, ha adquirido ya el 49% de del proyecto eólico Delta en 2021, el 49% del complejo fotovoltaico Kappa en 2022 y el 49% de una cartera de 618 megavatios (MW) renovables -repartidos en 12 parques eólicos y dos plantas fotovoltaicas- hace unas semanas. Estas tres operaciones las he llevado a cabo con Repsol, que mantiene el 51% de los activos citados, pero hasta ahora no ha efectuado ninguna con Iberdrola, que también ha apostado por abrirse a la búsqueda de socios vendiendo participaciones del 49% pero más que nada porque tiene problemas para conseguir dinero y su deuda es bastante elevada (47.900 millones de euros al cierre de septiembre).
Decíamos que Galán ha convertido las renovables en un producto -y en un mercado- financiero, contribuyendo al fuerte apetito por estas energías que hay en España, las cuales atraen a fondos de inversión, energéticas extranjeras y empresas de otros sectores. Entre las muchas muestras que lo reflejan está la apertura de la puja sobre el 49% de una cartera de activos renovables valorada en unos 1.200 millones, pero Pontegadea no contactó con la eléctrica, sino que fue esta la que acudió a Pontegadea para ver si le interesaba... y no tuvo éxito. Parece que a Ortega no le agrada demasiado ni Galán ni el fondo soberano de Catar (QIA), primer accionista de la eléctrica.
Y por cierto, en este contexto con Santander, BBVA, Iberdrola y Repsol... tentados de seguir los pasos de Ferrovial, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha advertido de que si no hay “estabilidad jurídica y fiscal” en España, las inversiones de 1.500 millones de euros previstas para impulsar el hidrógeno renovable se irán a “Portugal o a Francia”. Y todo esto después de que el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, avisara al Gobierno de que van “a aprovechar el apoyo regulatorio estadounidense”, semanas después de amenazar con reducir inversiones en España si se prorrogaba el impuestazo energético. Además, el CEO de Endesa, José Bogas, también ha advertido al nuevo Gobierno Sánchez: “Con normalidad fiscal, regulatoria y política” invertirían más