Antolin ha pisado el acelerador en 2023, a la luz de sus buenos resultados publicados este jueves, gracias, principalmente, al plan de transformación puesto en marcha. En concreto, han crecido las ventas y el resultado bruto de explotación (ebitda), y las pérdidas han caído un 97%, por las medidas de eficiencia y optimización y el control de costes, estando ya muy cerca de un resultado neto positivo.
El fabricante de componentes para el interior del automóvil que controla la familia burgalesa Antolín ha tenido unas ventas de 4.617 millones de euros, lo que supone un incremento del 4%. Eso sí, sin tener en cuenta el tipo de cambio y a efectos comparables tras la desinversión de la planta austriaca de Ebergassing, el aumento ha sido del 10% en términos ajustados. Por zonas geográficas, Asia ha contribuido con 756 millones (+3%); Norteamérica, con 1.571 millones; y Europa y el resto del mundo, con 2.286 millones (+6%), casi la mitad del total.
En Europa y el resto del mundo (menos Asia y Norteamérica), las ventas ascienden a 2.286 millones (+6%) y representan casi la mitad del total del grupo
Por su parte, el ebitda ha crecido un 10%, hasta los 328 millones, todo un logro en un contexto de presión en costes en todos los mercados y el impacto de los tipos de cambio. El margen ebitda ha ascendido un 1,1%, hasta el 8,1%, excluidos gastos extraordinarios y sinergias asociadas al plan de transformación, que tiene como objetivo consolidar a Antolin como un proveedor líder. El beneficio operativo se ha quintuplicado, pasando de 16,4 millones a 92,6 millones.
El grupo ha presentado unos números rojos de 6,7 millones de euros, frente a los de 225,6 millones del año 2022, cuando se vio muy afectado por la salida de Rusia, y superó los de 2021 (-84,3 millones) y 2020, año del Covid (-143,9 millones). Eso sí, hay satisfacción debido a que el resultado consolidado sí ha sido positivo, situándose en 12,5 millones, frente al negativo de 210 millones obtenido en 2022.
En los resultados también se ha podido ver un ligero incremento de la deuda financiera neta, que ha pasado de 844,9 millones a 926,2 millones, por los proyectos de desarrollo que está acometiendo, y el ratio sobre ebitda se ha situado en 3 veces. Antolin prevé continuar con algunas desinversiones y según ha presentado a los inversores, la cifra será de 150 millones entre este año y el próximo, con ventas y operaciones de sale & lease-back (vender la propiedad de edificios para quedarse como inquilino). Todo esto servirá para reforzar su balance e invertir en negocios de mayor retorno y potencial de crecimiento.
Prevé seguir con algunas desinversiones y según ha presentado a los inversores, la cifra será de 150 millones entre este año y el próximo, con ventas y operaciones de ‘sale & lease-back’ para reforzar balance e invertir en negocios de mayor retorno
La cartera de nuevos proyectos ha ascendido a 5.500 millones, de los que más de un 25% están localizados en Asia y un 11% vinculados a negocios con los fabricantes chinos de automóviles, por lo que la cartera total de pedidos para los próximos cuatro años alcanza un valor de 20.000 millones, que asegura un crecimiento sostenido, rentable y diversificado a medio plazo.
En 2023, Antolin no solo ha mejorado el margen y las principales cifras (algo que ya se vio en los nueve primeros meses), sino que ha cumplido los objetivos anuales en ingresos, ebitda y beneficio operativo. Su presidente, Ernesto Antolín, ha señalado que “la transformación que iniciamos el año pasado empieza a dar sus frutos a nivel operativo e industrial”, añadiendo que tienen “una base sólida de crecimiento futuro en la nueva movilidad”, gracias a acuerdos tecnológicos destacados socios. Y para este año, el grupo prevé más aumentos de ebitda, rentabilidad y generación de caja, con el objetivo de alcanzar un margen ebitda de doble dígito a medio plazo.
A principios del pasado diciembre, Antolin anunció cambio de vicepresidenta a partir del 1 de enero de este año, pero no de estrategia (control 100% familiar y gestión compartida con CEO -cargo que actualmente ocupa Cristina Blanco-): María Helena Antolín Raybaud cedió el cargo a su hermana Emma Antolín Granet, aunque sigue participando en los órganos de decisión. El grupo cuenta con 22.000 empleados en todo el mundo, repartidos entre 130 plantas productivas y centros Just in Time (los cuales se ubican junto a fábricas de los fabricantes automovilísticos y que permite que Antolin sea el encargado de montar sus propios componentes en los vehículos) y 27 oficinas técnico-comerciales en 25 países. Entre ellos, está España, donde cerró 2023 con una plantilla de 2.100 trabajadores y donde tiene ocho plantas de producción situadas en: Almusafes (Valencia), Arazuri (en Pamplona, Navarra), Burgos, Castañares (Burgos), Madrid, Sollana (Valencia), Valladolid y Vitoria (Álava).