Decíamos ayer que Antón Arriola no admitía tutelas pero tampoco admite fusiones. No quiere que ocurra lo mismo que con Euskaltel, la teleco vasca absorbida por MásMóvil.
El presidente pretende convertir Kutxabank en el nuevo banco vasco, otro Banco Bilbao Vizcaya (BBV). Por tanto, no admite fusiones y pretende un crecimiento orgánico, apoyado en las fundaciones bancarias vascas que, al igual que en Caixabank -su modelo- o en Unicaja, constituyen el soporte Anti-opa.
Así, Arriola ha nombrado a un hombre de la casa, Eduardo Ruiz de Gordejuela, un comercial, como nuevo CEO, en sustitución de Javier García Lurueña, un financiero. Con ello deja claro lo que quiere. A partir de ahora, puede decirse que la dirección de Kutxabank será una mesa con tres patas: Antón Arriola, Ruiz de Gordejuela y el hombre de estrategia, apegado a Arriola y del que ya hemos hablado en Hispanidad, José Antonio de Tomás.
En concreto que un banquero de inversión nombre a un CEO especialista en banca doméstica ya da pistas de por dónde va, Y lo hace en una entidad como Kutxabank, con un alto índice de solvencia pero que, como casi toda la banca mediana, ha sufrido en su rentabilidad durante la etapa de tipos por los suelos, que podemos fechar entre 2016 y 2022.
Arriola cumple así con el BCE: separa claramente presidencia y consejería delegada e intenta recrear la antigua escuela de banqueros vascos, con gente salida de la propia cantera
Además, Arriola cumple así con el BCE: separa claramente Presidencia y Consejería Delegada e intenta recrear la escuela de banqueros vascos, con gente salida de la cantera.
El BBV vuelve. O al menos, tal pretende Anton Arriola.