A Antonio Garamendi, el presidente de la patronal CEOE le llamaban el tercer sindicato. Llegó a la cúpula de la gran patronal (lo bueno no es la gran patronal, son los micropymes y los autónomos) y en su vanidad se dejó secuestrar por la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Y es que a Garamendi le rodea un nimbo de alabanzas del Gobierno Sánchez, que le utiliza para dar una imagen de diálogo social que esconda el carácter autocrático de don Pedro. A Garamendi le maravilla ese respeto interesado de las centrales sindicales CCOO y UGT por su persona. Es decir, le maravilla el respeto de dos cadáveres insepultos, que continúan sin enterrar gracias a los Presupuestos Generales del Estado, el muy solidario dinero público, que parte de todos y sólo llega a algunos.

Garamendi exige una reducción de impuestos para atajar la economía sumergida. Debería centrarse en la necesaria eliminación de las cuotas sociales pero mejor eso que nada

Pero ahora, el presidente de la CEOE, ante una situación económica límite -somos el país campeón de Europa, en paro, déficit público, deuda pública e inflación- parece reaccionar y recuerda al Gobierno que hay que bajar impuestos. Hubiera andado más atinado si hubiera dicho que lo que hay bajar son las cuotas sociales, el impuesto que grava el trabajo, provoca paro y economía sumergida. Pero su conversión a una economía un poquito más liberal, más empresarial, va por etapas, así que se habló de impuestos en general, no de cuotas, que es lo que hay que eliminar para reducir la economía sumergida.

Citando al IEE, Garamendi recuerda que la economía sumergida española roza el 25% y que la media europea se sitúa en poco más de la mitad. Y que la política de subvenciones exige impuestos altos (sí, en España pagamos un montón de impuestos).

Añade, también, el dato del último informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE): podrían ahorrarse hasta 60.000 millones de euros a costa de evitar duplicidades administrativas. Es una bonita cantidad dado que somos los campeones del derroche.

Por vez primera, el presidente de la patronal pide reducir duplicidades. Es decir, reducir el Estado elefantiásico que sufrimos en España: demasiadas instituciones, demasiados políticos

Porque hemos creado un Estado enorme, un porcentaje de políticos sobre población absolutamente innecesario, alimentador de egos personales con dinero, este sí, publico.

Menos Estado, menos políticos y, esto todavía le falta a Garamendi, eliminar los impuestos laborales, las cuotas sociales, y financiar las pensiones con IVA. Al parecer, don Antonio está volviendo a su papel. Su rol, que diría una papanatas. Garamendi está volviendo a su papel... y al de la sensatez. A lo mejor no hay que echarle.

Garamendi vuelve, poco a poco, a ser empresario. No está mal para ser el presidente de la CEOE y, sobre todo, no está mal... dado el Estado calamitoso de la economía española.

Garamendi pide un reducción de impuestos para atajar la economía sumergida. Y mientras, 'Marisu' Montero alaba "lo público". O sea, alaba la expropiación de la propiedad privada. Hay campo de batalla para una patronal activa. Insisto, la gran empresa no es lo importante, pero al menos le han nombrado para defender unos intereses, no los de Yolandísima, ni los de Unai, ni los de Álvarez el de los fulares.