La apuesta del sector energético en energías renovables pasa por vender el 49% de activos, proyectos o carteras de megavatios... y mantener el control del 51% restante. Y curiosamente hasta Engie se conforma con no tener la mayoría.

En los últimos años, las compañías han apostado a lo grande por las renovables, pero ante las elevadas inversiones que requieren, han decidido buscar socios y venderles el 49%. Unas operaciones que, unidas a las compras y ventas de compañías en su conjunto, también ha contribuido a incrementar la burbuja especulativa con renovables que hay en nuestro país y que es doble: ya saben, a la multitud de operaciones, por un lado, se suman las compañías que sólo se dedican a renovables y cotizan con sonoras alzas y caídas. Por cierto, una burbuja contra la que en día llegó a advertir Pablo Hernández de Cos, quien ha dejado de ser gobernador del Banco de España el pasado junio y ha pasado a integrar las filas del IESE, y sin olvidar que Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, ha convertido las renovables que tanto llegó a criticar años atrás en un producto financiero.

En esta búsqueda de socios, entre las energéticas hay dos tipos de estrategia. Unas apuestan por hacer las operaciones sobre activos que ya están en funcionamiento, algo que supone una mera inversión de tipo financiero... Mientras que otras energéticas han apostado más por construir primero los activos y después dar entrada a un socio con la venta del 49%. Por esto último, ha optado, entre otros, Repsol, y entre sus aliados están Pontegadea (el vehículo inversor de Amancio Ortega), que ha adquirido el 49% de varios activos, así como Crédit Agricole y el fondo suizo Energy Infraestructure Partners (EIP) que se hicieron con 25% de todo el negocio renovable.

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Entre las últimas muestras de la tendencia del 49% en el sector energético, cabe referir que Endesa está ultimando la entrada del fondo emiratí Masdar en una cartera de activos solares situados en España y que la energética francesa Engie está punto de hacerse con el 49% de una cartera de 680 megavatios (eólicos y solares) de Acciona Energía. Esto último no es baladí y menos teniendo en cuenta como solía funcionar Engie, que es propiedad en un 23,6% del Estado francés y que funcionaba como si fuera un Ministerio galo: ahora hasta se conforman con no tener la mayoría en un activo porque está apostando fuertemente por crecer en renovables y de hecho, hace unos meses compró el negocio solar y eólico terrestre que Orsted tenía en Francia, pero sus últimos resultados no fueron muy buenos: redujo ingresos y beneficios en 2023 por el menor precio de la energía, el descenso de la demanda de gas y el buen clima. Esto puede haber influido en el hecho de que Engie (compañía que dirige Catherine MacGregor a nivel mundial... y Loreto Ordóñez en España) se tenga que conformar con el 49% de una cartera de 680 MW de Acciona Energía (la filial de renovables de Acciona que también preside José Manuel Entrecanales Domecq), dentro de un proceso que, por cierto, se ha dilatado demasiado

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