Arabia Saudí y Rusia han vuelto a demostrar que tienen la sartén por el mango y no el Occidente que lidera Joe Biden. En la última reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, lo que se llama el grupo OPEP+ (que incluye a Rusia, México y Kazajistán, entre otros países), se ha decidido extender el recorte de producción de crudo a lo que queda de 2023 y a todo 2024. Y esto, lógicamente, repercute en el precio, que sube.
El grupo OPEP+ mantendrá el actual recorte de producción (el cual es de 3,6 millones de barriles diarios) con el fin de acabar con el abaratamiento del crudo: desde marzo, la cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, ha caído un 50%, pasando de 130 dólares a 76. Precisamente el anuncio de la extensión del recorte de producción, que supone menor oferta, en un contexto de alta demanda, ya ha incrementado el precio en 2 dólares desde el pasado viernes 2 a los actuales 78 dólares, y además, encadena tres jornadas al alza.
En esta época de crisis energética y económica, la mejor receta no es consumir menos sino producir más y consumir más
Recuerden que el recorte de la producción de crudo era de 2 millones de barriles diarios hasta el pasado abril cuando se incrementó en 1,6 millones de barriles. Ahora el grupo OPEP+ no ha ampliado la cuantía del recorte, pero sí su duración en el tiempo. Esto sucede en plena histeria climática creciente, con una presión cada vez mayor por la reducción de emisiones de CO2, aunque Goldman Sachs y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) tienen claro que cada vez se consumirá más petróleo. Asimismo, cabe tener en cuenta que en esta época de crisis energética y económica, la mejor receta no es consumir menos sino producir más y consumir más, y aunque crezcan las energías renovables, no se puede olvidar que no pueden cubrir toda la demanda de energía y que además necesitan respaldo de otras fuentes de energía. Además, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, no ha tenido reparos en tirar de las orejas a Greenpeace y a Teresa Ribera afirmando que “es ético producir el petróleo y el gas que el mundo necesita”.
El encarecimiento del petróleo se hace notar en los precios de los combustibles y esto en plena crisis económica no es algo positivo. Entre los más afectados están los pequeños transportistas, entre ellos, los autónomos que llevan años pagando su camión y cuyas cuentas se están volviendo cada vez más insostenibles, algo que las grandes flotas notan, pero en menor medida.