"Se está considerando una reestructuración significativa que podría afectar a 3.500 empleados (propios y contratados) y se harán todos los esfuerzos posibles para reducir el número de puestos de trabajo afectados", así anunciaba ArcelorMittal el despido y cierre de su negocio de productos largos de su planta en Sudáfrica.
Según el gigante del acero, "La junta directiva y la dirección de ARCELORMITTAL Sudáfrica han llegado a este punto después de haber agotado todas las opciones posibles", a causa del deterioro del ritmo de crecimiento de la economía sudafricana y el aumento de los costes.
"El negocio restante, después del cierre, tendrá una base financiera más sostenible y podrá invertir el capital adecuado en el desarrollo de productos y las perspectivas de crecimiento disponibles", aclaran en el comunicado.
Al líder siderúrgico, controlado por la familia india Mittal, no le fue nada bien en 2022 y el 2023 no pinta mucho mejor por los mayores costes, ganó 3.885 millones de dólares (3.632 millones de euros) hasta septiembre, un 57% menos que en el mismo periodo del año anterior.
Por lo que los Mittal tienen la excusa perfecta para extender el síndrome de Nowa Huta. Recuerden que al presidente ejecutivo del gigante siderúrgico mundial, Lakshmi N. Mittal, se le puede conocer por ser un gran despedidor, pues en la citada la ciudad polaca que se levantó junto a Cracovia (siguiendo el modelo soviético y siendo un reconocido experimento de ingeniería socialista) compró la acerera cuando cayó el comunismo y redujo la plantilla de 40.000 trabajadores a 10.000.
Con el anuncio de los despidos en Sudáfrica, sigue la estela que marcó en España, donde quieren incluir en un ERTE a más de 8.000 trabajadores y, sabemos cómo acaba eso, seguramente, con cierre de fábricas y un ERE... pero como aquí nunca pasa nada y premiamos al de fuera y no al que genera empleo. El mes pasado nuestro gran líder Pedro Sánchez se cita en Davos con el presidente de AcelorMittal Lakshmi N. Mittal, ojo, no para abroncarle su actitud y actuación en el país, sino para darle 450 millones de euros en ayudas públicas para descarbonizar sus plantas en Asturias,