Atlantia ha acelerado en 2021, como se puede ver en sus resultados, principalmente por Abertis, que se puede considerar como una de sus joyas. Y es que ha cuadruplicado el beneficio neto de 2019, ha elevado los ingresos y el Ebitda respecto a 2020, y ha bajado su elevadísima deuda. Eso sí, tras la venta forzosa de Autostrade per l’Italia (ASPI), con la que puso fin al conflicto que mantenía con el Gobierno italiano tras el derrumbe del puente Morandi (que causó 43 muertos) en agosto de 2018, ahora tiene bastante liquidez para desapalancarse mucho más…
El grupo italiano de infraestructuras y concesiones, controlado por los Benetton a través de su holding familiar Edizione (es dueño del 30,2%), ha ganado 626 millones de euros en 2021, lo que supone un gran cambio frente a las pérdidas de 1.177 millones de 2020 y los 136 millones que obtuvo hace dos años. En esto no sólo ha contribuido Abertis (de la que es copropietario junto a ACS, que debe empezar a gestionar la difícil sucesión de Florentino Pérez), sino también saneamientos de activos intangibles por 1.107 millones de las pruebas de deterioro en la concesionaria brasileña Arteris y el Aeropuerto de Niza Costa Azul, y un saneamiento a cobrar del Aeropuerto de Roma. Y la primera reacción a la notable cifra de ganancias ha sido retomar el dividendo y proponer que se abone uno de 0,74 euros por acción.
En el aumento del beneficio neto no sólo ha contribuido Abertis, sino también saneamientos de distintos activos, por ello, se ha decidido retomar el dividendo y proponer que se abone uno de 0,74 euros por acción
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha ascendido a 4.029 millones (+31%), aunque sin llegar al obtenido en 2019, aunque en la comparación hay que tener en cuenta que el pasado junio vendió su 88,06% de ASPI por 9.300 millones a un consorcio formado por el banco público italiano Cassa Depositi e Prestiti (CDP) y los fondos Blackstone y Macquarie. Eso sí, el beneficio neto de explotación (Ebit) sigue estando en terreno negativo, aunque ha mejorado un 44%, pasando de -427 millones a -240 millones en el último año.
Atlantia ha logrado unos ingresos de 6.391 millones, un 22% superiores a los de 2020 (los cuales se ha revisado tras la venta de ASPI, dejándolos en 5.260 millones), principalmente por recuperar el tráfico de las concesionarias de autopistas de Abertis (+607 millones), aunque por debajo de los 11.600 millones que obtuvo en el último año preCovid. Autopistas ha aportado una facturación de 4.954 millones (+22%), tras aumentar el tráfico un 21%, pero aún es un 4% inferior al de 2019. Aeropuertos ha contribuido con 294 millones (+20%) al aumentar su tráfico de pasajeros un 28%, aunque se ha quedado un 68% por debajo del de 2019. Y otros negocios han facturado 1.138 millones (+21%).
Para 2022, el grupo que tiene como CEO a Carlo Bertazzo prevé rebajar la deuda a 23.000 millones y seguir creciendo con inversiones. Hasta 2024 invertirán 5.100 millones y esperan lograr unos ingresos de 7.700 millones y un Ebitda de 5.100 millones en ese año
Por su parte, la deuda financiera neta ha descendido a 35.278 millones, 3.998 millones menos (-11%) respecto a la de 2020. Tras vender ASPI, que le ha aportado 8.000 millones, Atlantia tiene liquidez para desapalancarse mucho más, aunque por ahora ha optado por salir de compras (en enero llegó a un acuerdo con Siemens para adquirir el sistema de gestión de tráfico Yunex Traffic por 950 millones) y retomar el pago de dividendo, además ha vendido el 17,2% que tenía de la concesionaria portuguesa Lusoponte hace un mes dentro de su estrategia de racionalizar su cartera y deshacerse de inversiones no estratégicas.
Carlo Bertazzo, CEO de Atlantia, ha destacado que ha sido “un año de profunda transformación, caracterizado por decisiones estratégicas y una importante revisión de las actividades del grupo y de los objetivos a medio/largo plazo”. De cara a este año, continuará la estrategia de crecimiento “con inversión en sectores clave -autopistas, aeropuertos, pagos digitales de movilidad- y en nuevas áreas adyacentes que ofrezcan sinergias: sistemas de transporte inteligente, electrificación/renovables, ferrocarril y hubs de movilidad”. Además, han adelantado perspectivas no sólo para 2022 (la deuda bajará a 23.000 millones, con Ebitda de 4.100 millones e inversiones de 1.500 millones), sino también de aquí a 2024: invertirán 5.100 millones y esperan lograr unos ingresos de 7.700 millones y un Ebitda de 5.100 millones en 2024.