No olviden la norma del grupo March: los miembros de la familia invierten a título individual. Luego veremos por qué esto es tan relevante.
La noticia de este lunes 26 de julio es que Juan March Delgado abandona el Consejo de Banca March, matriz del Grupo, y será sustituido en el mismo por su hija, Catalina March Juan.
Los hermanos Juan y Carlos March Delgado se han repartido la gestión del Grupo March durante tres décadas. Carlos era el financiero y Juan el industrial, aunque entre ambos hermanos no cabía un alfiler. Carlos es el padre del actual presidente del banco, Juan March de la Lastra.
Hablamos de la tercera generación de la familia mallorquina. Ahora mismo el saliente Juan March Delgado (33% del capital), Carlos March Delgado, quien continuará como presidente de Corporación Financiera Alba (CFA) y en el Consejo del Banco (33%), con sus dos hermanas, Leonor (16,5%) y Gloria (16,5%) se reparten el 100% de Banca March, propietaria, a su vez, de un 15% de CFA, la participación de referencia del grupo industrial.
Pues bien, ahora se da paso a una nueva generación, Juan March Delgado se retira pero le sucede su hija, Catalina (de profesión arquitecto). Eso significa que habrá dos March Juan (Catalina y su hermano Juan, que sigue siendo vicepresidente de CFA) frente a Carlos March Delgado y su hijo, presidente de la entidad, Juan March de la Lastra. Dos y dos.
Catalina ha estado dedicada hasta ahora a la Fundación March, el instrumento más querido por su padre. Pero, ojo, al contrario de lo que ocurre con, por ejemplo, la Fundación Botín, nada tiene que ver con el accionariado de la entidad financiera.
Y tampoco hay sindicaturas ni nada parecido en Casa March. No hay acuerdos, todos los miembros de la familia invierten a título individual en el Grupo.
Ahora mismo, se da la circunstancia de que Banca March es propiedad de cuatro hermanos. Es decir, que el presidente de Banca March, esto es, Juan March de la Lastra, actual cabeza visible del Grupo, no tiene ni una sola acción de la entidad.
¿Y esto disgusta a Banco de España? No, le encanta. Los March, además, presumen de que, sin ser empresa cotizada, adoran las prácticas de buen gobierno de las cotizadas. Por ejemplo, en su Consejo conviven tres ejecutivos (salvo el presidente, ningún March), cinco independientes y cinco dominicales.
Ahora, un paso más: Juan March Delgado se jubila a sus 82 años, también del Consejo pero deja a dos hijos en él, ni el uno ni la otra son ejecutivos. Muchos March en la propiedad pero sólo un March directivo: Juan March de la Lastra. ¿Cambiará esto en el futuro? A lo mejor, pero será de forma lenta, muy lenta.
En resumen, que todo cambia pero todo sigue igual. Es la sucesión tranquila de Can March, uno de los grupos industriales más importantes de España, una de las principales fortunas de España -insisto, individualizada en propiedad pero de operativa conjunta- y muy mallorquina: los cambios… pausados y constantes.
Mientras, el banco, matriz del Grupo, pretende convertirse en el nudo gordiano de la banca privada en España.