José Luis Escrivá ya se ha instalado en el Banco de España, incluso ya ha impartido una conferencia como gobernador. Fue el viernes 27, en un evento celebrado a puerta cerrada, en Mallorca, y bajo el título “The makings of an inmaculate disinflation”, que se podría traducir como ‘Los elementos de una desinflación inmaculada’.

Pero tranquilos, no vamos a hablar de la conferencia -seguro que fue apasionante-, sino del mayor problema que afronta el gobernador y que se resume en tres palabras: José Luis Escrivá. Sí, su gran problema es… él mismo, principalmente porque, según muchos que han trabajado con él, tiene un carácter muy difícil.

Lo cierto es que Escrivá tampoco se ha esforzado mucho en tender puentes, sino más bien lo contrario. Por ejemplo, con la AIReF, a la que criticó por su informe sobre el IMV cuando era ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, informe elaborado por antiguos compañeros y que Escrivá calificó de “escasa calidad”. “Se puede esperar que haya discrepancias, pero sustentadas en datos”, replicó Cristina Herrero, sucesora de Escrivá en la AIReF.

Relacionado

Tampoco le gustaban los informes de su nueva casa, porque eran poco “sofisticados”, según él. Ahora que ha llegado él, seguro que se sofistican hasta el punto de concluir que la política económica del gobierno Sánchez, del que él ha formado parte hasta ayer mismo, es la mejor política del mundo mundial y un ejemplo para todo el planeta y más allá. Sobre todo en lo referente a pensiones, y no porque él fuera su responsable. ¡Nooooo!

Aunque en la toma de posesión todo eran sonrisas y enhorabuenas, lo cierto es que Escrivá tiene mucha manía a los banqueros porque no le valoraron en BBVA -fue economista-jefe y director del Servicio de Estudios entre 2004 y 2010, ni durante su paso previo por el BdE, como subdirector del departamento de Estudios Monetarios y Financieros, y jefe de la Unidad de Investigación Monetaria.

Relacionado

Ahora podrá tratar con todos los banqueros, aunque lo cierto es que lo único que le queda al BdE actualmente, y no es poca cosa, oiga, es el Servicio de Estudios, que su antecesor, Pablo Hernández de Cos, supo relanzar. Atentos, pues, al primer informe que salga del Palacio de Cibeles sobre la situación económica. Porque el Banco de España ni asesora ni fiscaliza al Gobierno, pero es el Servicio de Estudios económicos más prestigioso de España y Escrivá quiere ponerlo al servicio de Moncloa.