Digital Consumer Bank, que incluye la financiera de Banco Santander, ganó 464 millones de euros durante el primer trimestre de este año. La cifra en sí no dice mucho -es un 5% menos que en marzo de 2023- pero sí cobra relevancia si tenemos en cuenta que es 14% del beneficio total del grupo (en diciembre era el 12%), es decir, es el tercer negocio que más aporta, tras el de banca doméstica (47%) y el de banca corporativa y de inversión (22%).

Si miramos a los ingresos, la cosa mejora, ya que aportó el 20% de los mismos, sólo por detrás de banca doméstica (52%), y muy por delante de los ingresos de banca corporativa y de inversión (13%).

Lo cierto es que a Ana Botín siempre le ha gustado la financiación al consumo, un negocio mucho más sencillo que el de banca y, sobre todo, con muchísima menos carga regulatoria al no tener depósitos. La financiación al consumo no requiere, además, ni tantas oficinas ni tanta plantilla como necesita un banco.

Pero no todo son ventajas. El punto más débil de una financiera es la morosidad, ya que, en momentos de dificultad, lo primero que se deja de pagar es el préstamo por la televisión o la lavadora. En el caso que nos ocupa, la mora de Digital Consumer cerró el primer trimestre del año en el 4,86% después de aumentar 12 puntos básicos (pb). La morosidad del negocio bancario minorista cerró marzo en el 3,24% después de aumentar 3pb en el trimestre.

Como contábamos el otro día en Hispanidad, el Santander vale más por partes que en su conjunto, y eso es un problema. Pues bien, una de esas partes, y por cierto destacada, es la financiera, ahora llamada Digital Consumer Bank, que además de ser líder mundial en financiación de automóviles, incluye Openbank, Open Digital Services y SBNA Consumer.

Por cierto, Cetelem es la marca comercial de financiación del banco francés BNP Paribas, uno de sus grandes competidores.