Bancos y energéticas se lanzan contra el nuevo impuestazo que les quiere imponer el Gobierno Sánchez y que lastrará sus ingresos. Quieren saber cuánto les vas a suponer y desde cuándo lo van a tener que afrontar.
Hasta ahora sólo se sabe que en el caso de la banca gravará con un tipo del 4,8% sus comisiones e intereses, en concreto de las entidades que ganen más de 800 millones de euros anuales. Y para las energéticas, se aplicará un tipo del 1,2% sobre los ingresos de las que facturen más de 1.000 millones anuales. Además, el Gobierno incluirá un artículo para prohibir que las empresas puedan trasladar los costes del nuevo impuesto a los consumidores... algo que resulta bastante difícil de creer que no se produzca de una u otra forma.
Desde Alemania, delante del canciller Olaf Scholz, Sánchez defendió que “no se trata de estigmatizar ningún sector, sino de un reparto justo de las cargas de la guerra de Putin en Ucrania”
Esta semana, el narcisista Pedro Sánchez, ha vuelto a insistir en ambos gravámenes. Desde Alemania, delante del canciller, Olaf Scholz, defendió que “no se trata de estigmatizar ningún sector, sino de un reparto justo de las cargas de la guerra de Putin en Ucrania”. Y este jueves, desde los micrófonos de la Cadena Ser, ha insistido en que se justifica por “la justicia fiscal y en un reparto equitativo de las consecuencias de la guerra de Putin”, al tiempo que ha criticado que “el PP es dócil” al plegarse a la banca y las energéticas, y que “el Gobierno va a actuar como ha hecho desde el principio de la crisis energética; en la dirección de proteger a la clase media trabajadora y a los colectivos vulnerables”. Claro que rebajar el IVA del gas del 21% al 5% le ha costado bastante tiempo... y eso que afectaba a unos 7,8 millones de consumidores domésticos. ¡Qué cara más dura, señor Sánchez! Y por cierto, era algo que la Asociación Española del Gas (Sedigas) le reclamaba desde hace casi un año. Esta patronal de las empresas gasistas también rechazó el nuevo impuesto a las energéticas en un comunicado el pasado 14 de julio, aludiendo que daña la reputación de España ante los inversores.
También a mediados de julio, desde la Comisión Europea se advirtió que los nuevos tributos que el Gobierno socio-comunista quiere imponer a la banca y a las energéticas deben ser temporales y no pueden tener efectos retroactivos. El pasado 21 de agosto, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, en un artículo que publicaba el periódico El País (el gran vocero y aplaudidor del Gobierno Sánchez junto a la Cadena SER y RTVE), cargaba contra el impuesto a las energéticas: “No es para los ricos”, va a dañar inversión y empleo industrial. Ahora es la patronal empresarial europea, Business Europe, la que ha advertido por carta a las insitituciones europeas que añadir más carga fiscal en la situación actual va contra la economía europea, según informa El Mundo, y es que no sólo España apuesta por nuevos tributos (también Italia, entre otros).
Paralelamente, conviene recordar que mientras en algunos países se ayuda y se rescata a las energéticas en dificultades, en España se apuesta por ponerles un nuevo impuesto. En Alemania, Uniper pidió el rescate al Gobierno Scholz, pues el Ejecutivo finlandés (dueño del 50% de Fortum, que es el primer accionista de Uniper) se negó a poner más dinero: el Ejecutivo alemán ha entrado en su capital con un 30% y ampliando la línea de crédito en 7.000 millones. Y en Austria, el Gobierno ha concedido un préstamo de 2.000 millones a la ciudad de Viena para ayudar a la suministradora de electricidad y gas Wien Energie, la mayor proveedora de energía de dicho país.