Por el encuentro financiero de KPMG y Expansión han pasado este lunes los consejeros delegados de los principales bancos españoles, salvo José Antonio Álvarez, CEO saliente del Santander. En su lugar, ha participado Antonio Simoes, CEO del banco en Europa y España.
El impuesto a la banca ha sido uno de los temas tratados y ningún banquero ha sido tan claro como María Dolores Dancausa, que ha anunciado que Bankinter lo llevará a los tribunales. “Lo vamos a recurrir al diá siguiente de pagarlo. Lo tengo clarísimo”, ha afirmado.
Si hiciéramos un ranking sobre la contundencia de cada consejero delegado, el siguiente sería Víctor Iglesias, de Ibercaja, que ha asegurado que, si el impuesto se aprueba en los términos en los que está planteado actualmente, es muy probable que Ibercaja lo recurra.
El resto de directivos no ha querido mojarse, aunque todos han coincidido en que el gravamen tendrá un impacto negativo, no ya en las entidades, sino en la economía española en su conjunto. No es una buena idea y tampoco es el mejor momento para llevarla a cabo. Es injusto, arbitrario, malo para la economía y las empresas, crea inseguridad jurídica... en definitiva, ningún banquero lo aprueba.
Todos han coincidido, además, en que el sector ya paga muchos impuestos: el 30% de Sociedades, en lugar del 25%, no puede deducirse el IVA, abona el impuesto sobre actos jurídicos documentados...
Otrosí: el impuesto obliga a las entidades a no repercutirlo en los clientes, justo lo contrario de lo que dicta la Autoridad Bancaria Europea (EBA), cuyo mandato es que las entidades deben reflejar en sus préstamos todos los costes relevantes, incluidos los impuestos. Por tanto, ¿a quién deben obedecer, al Gobierno o a la EBA? Ningún banquero sabe la respuesta.