Así definía un directivo del BBVA a la sede corporativa de su entidad: banco Woke. No por la ausencia de corbatas en la Vela (siempre me ha parecido un euro, más que una vela), sino por el espíritu corporativo reinante en el inmueble donde trabajan una 6.500 personas aunque de cuerpo presente no llega a la mitad y los viernes ni a la décima parte.
En la sede del BBVA en Madrid puede encontrarse más vídeos sobre empleados trans, todos ellos modelos como personas y como profesionales para toda la plantilla, que corbatas en la sede.
Y el presidente Carlos Torres lo fomenta.
Ese espíritu woke lleva a la máxima autoridad del BBVA a deslizarse sobre cuestiones menores, tales como el balance.
Le das los buenos días y te responde con una máxima sobre la viabilidad del planeta, que, no sé sí saben, está en peligro. Le hablas del margen de intermediación y te responde con la sostenibilidad de la madre tierra y de la escasa inclusividad de los humanos que pululamos por ella en paridad de estima con los animales, plantas y hasta cosas, que de materia inteligente hablamos. Le sugieres que el margen de intereses debe crecer por otras vías y te responde que la vocación del BBVA consiste en liderar los créditos verdes. Torres es un banquero inclusivo, sostenible y diverso.
Pero en el entretanto, la vida sigue: en la recta final del caso Villarejo, Carlos Torres afronta cuatro peligros, Caruana, Onur Genç, el PNV, el PP y un sólo problema 'real': el pésimo servicio a los clientes.
El fiscal Cabaleiro está empeñado, y no le faltan razones, en mantener imputada a la persona jurídica BBVA. El juez García-Castellón en dejarla al margen y centrarse en FG
Ahora mismo, Torres tendrá que seguir con Onur Genç de consejero delegado, dado que Erdogan se perpetúa como califa otomano en unas elecciones 'curiosas' que ni Pedro Sánchez se ha atrevido a utilizar como muestra de la limpieza democrática puesta en solfa en su legitimidad por la ultraderecha. Le parece que Biden sí, Lula, también, pero Erdogan como maestro de limpieza democrática... podría resultar excesivo hasta para los más lerdos.
Además, Torres afronta, siempre, el peligro de Jaime Caruana como posible sustituto al frente del BBVA, sin olvidar que al PP no le cae simpático el banquero Woke y que el PNV, aunque ahora mismo tiene otros problema, no ha cejado en su empeño de recuperar 'su' banco y que Torres ha cometido el error de intentar aproximarse a Neguri a través de Pedro Luis Uriarte, sin darse cuenta de que en el PNV le sigue considerando el sucesor del hombre que Madrid colocó al frente del BBVA, un banco cerrado por los plebeyos del PNV para los patricios de Neguri. Sí, el PNV quiere recuperar el BBV.
En el entretanto, el fiscal Alejandro Cabaleiro de la pieza Villarejo-BBVA, está empeñado, y no le faltan razones, en mantener imputada a la persona jurídica BBVA durante la fase de juicio oral, lo cual resultaría un verdadero desastre para el segundo banco del país. El juez García-Castellón prefiere dejar a la entidad al margen, pero la actitud de Torres, que sigue empeñado en no proporcionar información a la Audiencia Nacional, se lo está poniendo difícil.
Castellón cerraría la instrucción (agosto) dejando al margen a la entidad como persona jurídica y centrándose en FG y compañía, pero si el BBVA no colabora, no hay forma.
Y es que Carlos Torres está ocupado en salvar al planeta, así que no le queda tiempo para hacer banca ni para hacer política. Y esto segundo también es malo: si eres presidente del IBEX puedes pasar de la política pero la política nunca pasa de ti.
Torres está dedicado a salvar al planeta, así que no le queda tiempo para hacer política. Es lo malo de ser presidente del IBEX: puedes pasar de la política pero la política nunca pasa de ti
En cualquier caso, el problema más real y y el peor de los peligros consiste en que el BBVA de Carlos Torres es tan Woke, y está presidido por un banquero tan Woke, que el servicio al cliente en su red de oficinas es penoso, el peor de toda la banca española.