Si el empeño de Francisco González (FG) fue convertir el BBVA en el banco más digital del mundo, el de Carlos Torres es que sea la entidad más sostenible del planeta. De hecho, el presidente del banco no habla de otra cosa que no sea la descarbonización y la lucha contra el cambio climático. Torres es un ecologista pata negra.
Como parte de esa estrategia, el banco ha invertido 20 millones de dólares en Just Climate, un fondo climático gestionado por Generation Investment Management, firma fundada y presidida por Al Gore, el que fuera vicepresidente de EEUU y uno de los mayores impulsores de la idea de que el culpable del cambio climático es el hombre.
El problema de Al Gore, que fundó su firma en 2004 junto a David Blood, director de gestión de activos de Goldman Sachs -con esto no queremos decir que la finalidad fuera ganar dinero, ni mucho menos-, es que es uno de los personajes más desprestigiados del mundo en lo que se refiere a la sostenibilidad.
Todavía se recuerda el famoso documental titulado ‘Una Vedad Incómoda’, en el que un oso polar apenas lograba mantenerse a flote después de nadar 90 Km y no encontrar una superficie firme por el deshielo. Resulta que los osos polares son capaces de nadar distancias mucho más grandes, hasta 700 Km y, además, habitan principalmente en zonas de tierra firme, tal y como explicó Fernando del Pino Calvo-Sotelo en un artículo publicado en noviembre de 2017. Otra manipulación, el deshielo: se ha demostrado que mientras el hielo disminuye en el norte, aumenta en el Polo Sur.
Por cierto, el oso polar, al que Al Gore muestra como un animal entrañable, resulta ser uno de los mayores depredadores del planeta al que ningún otro animal le hace sombra. En definitiva, las mentiras y manipulaciones de Al Gore le han convertido en uno de los personajes más desprestigiados, incluso entre los ecologistas.