Cuando la CNMC anunció que la OPA BBVA-Sabadell pasaba a fase 2 -martes 12 por la tarde- Onur Genç se encontraba en Valencia. Por eso, su intervención de este miércoles, en el Encuentro Financiero ogranizado por Deloitte y ABC, en Madrid, comenzó con palabras de solidaridad hacia los afectados por la DANA.
Ya metido en harina, el consejero delegado de la entidad vasca admitió, y esto es muy significativo, que si la CNMC impone unas condiciones que resten valor a la operación, darán marcha atrás. “No dudaremos un segundo en retirarnos si las condiciones de la CNMC afectan a la creación de valor de la OPA”, reiteró en más de una ocasión.
En definitiva: el BBVA ha pasado de no admitir otra cosa que no fuera el éxito de la OPA, a reconocer que podían dar marcha atrás y, ahora, a quitarle importancia al hecho de que puede fracasar. ¿Estrategia para no dimitir, tanto él como Carlos Torres, si efectivamente fracasa? Seguro que no tiene nada que ver una cosa con la otra.
En cualquier caso, los argumentos del banco que apoyan la OPA no han cambiado y se resumen en la necesidad, según Genç, de contar, en Europa, con grandes bancos que puedan hacer frente a las grandes inversiones que necesita el continente. Eso es, justamente, lo que defienden los fondos de inversión: burro grande, ande o no ande. Porque un buen banco no es el que tiene mucho capital -o es muy grande- sino el que tiene poca morosidad.