Se comenta en círculos financieros que el relato lo está ganando el Sabadell, pero la OPA, el BBVA. Lo cierto es que las pymes, principalmente las catalanas, están con el banco que preside Josep Oliu, mientras los fondos apoyan el proyecto de Carlos Torres aunque la oferta sea tacaña y sólo en papelitos. Ahora bien, precisamente por la ausencia de metálico, el respaldo de los fondos está condicionado a la evolución del mercado, tanto del BBVA como del Sabadell, aunque de entrada están a favor de la fusión por aquello de que prefieren bancos grandes, 'too big to fail': burro grande, ande o no ande.

El caso es que, desde que se anunció (filtró) la fusión amistosa, los títulos del BBVA han caído un 13,4% mientras que los del Sabadell han subido un 5,7%. Es decir, de momento, la evolución del mercado favorece al banco catalán y perjudica al vasco.

El mayor escollo, en cualquier caso, sigue siendo el rechazo del Gobierno, si bien se ha dulcificado en las últimas semanas, como hemos ido contando en Hispanidad. Y es que, si el apoyo de los fondos depende de la evolución bursátil, el de Moncloa depende de la evolución en Cataluña. En cuanto se aclare el panorama -todo apunta a un tripartito, con Illa de president- el ministro de Economía, Carlos Cuerpo cambiará de opinión y lo que antes era "lesivo" pasará a ser una gran oportunidad.

Las pymes, sin embargo, están con el Sabadell. Cuatro días después de que los accionistas del BBVA aprobaran con una amplísima mayoría la ampliación de capital para absorber al Sabadell, la patronal catalana Pimec presentó este martes un informe contrario a la operación.

Los argumentos no difieren mucho de los ya expuestos por Cuerpo, pero dichos por la patronal catalana con más de 150.000 empresas asociadas adquieren una relevancia especial. No en vano, el punto más débil de la OPA, junto a la propia oferta, es precisamente su impacto en las pymes y micro pymes de Cataluña.

Pues bien, si ayer lunes Carlos Torres volvió a afirmar, en una carta a los accionistas del BBVA, que la OPA beneficia también a los clientes -“tendrán acceso a una mejor oferta de productos”-, este martes, Pimec afirmó lo contrario: la fusión tendrá “un impacto significativo” en la competencia y el crédito, además de en puestos de trabajo y en número de oficinas.

Según Oriol Amat, presidente del Observatori de la Pime, la propia Autoritat Catalana de la Competència (ACCO) ha advertido sobre el oligopolio bancario en Lleida, Girona y Tarragona, y que la fusión extenderá también a Barcelona.

¿Más productos financieros? Puede ser, pero habrá menos crédito. En una entrevista en el Canal 24 Horas, el presidente de Pimec, Antoni Cañete -por cierto, también es vicepresidente de Conpyme, la patronal apadrinada por Yolanda Díaz- explicó que en lugar de dos líneas de financiación de 500.000 euros cada una, tras la opa, las pymes pasarán a disponer de una sola y, en algunos casos, inferior a 500.000 euros.

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Así, según Pimec, la unión BBVA-Sabadell podría reducir el crédito un 8%, esto es, en 54.400 millones de euros, una cifra muy considerable y que se sitúa en la media de operaciones anteriores: la absorción del Popular por el Santander redujo el crédito un 19%, la fusión Caixabank-Bankia un 4% y Unicaja-Liberbank, un 2%. Más preocupante aún, el 72% del crédito a empresas pasaría a estar controlado sólo por dos entidades: Caixabank y la nueva entidad fusionada.

También habría un elevado recorte de plantilla, de entre 7.600 y 10.500 empleados, de los 41.100 que tendría la entidad resultante y el cierre de hasta 260 oficinas en Cataluña, el 35% del total de la fusionada.

Por cierto, Pimec ha remitido su informe a la CNMC, que sigue analizando minuciosamente la operación y cuyo dictamen podría resultar decisivo para la autorización final del Gobierno, si se diera el caso. De momento, en Moncloa continúan en el ‘no’ a la opa, aunque ya no es un rechazo tan visceral como el que mostró el ministro Cuerpo en vísperas de las elecciones catalanas, como hemos señalado antes. Y es que el desenlace de la fusión, además de en los accionistas del Sabadell, principalmente los fondos, depende del futuro político en Cataluña.