No hubo sorpresa y el BCE bajó este jueves los tipos de interés un 0,25% hasta situar la tasa de depósito -el indicador más relevante a partir de ahora- en el 3,5%. “Esperamos que la inflación vuelva a subir en el último tramo de este año, en parte por el efecto de las caídas previas en los precios de la energía. La inflación debería caer después hacia nuestro objetivo (2%) en la segunda mitad del año que viene”, afirma el comunicado del BCE.

El PIB de la Eurozona, sin embargo, va a empeorar una décima, según el BCE, hasta situarse en el 0,8% frente al 0,9% previsto en junio. En 2025, el PIB será del 1,3% y en 2026, del 1,5%, en todos los casos, una décima menos que en la estimación anterior de junio. No es como para tirar cohetes, precisamente.

En resumen, más inflación y menos crecimiento, en el corto plazo y ya veremos si también en el medio y largo. Por eso, Lagarde no ha querido anticipar decisiones futuras de política monetaria y se ha aferrado al ya clásico ‘reunión a reunión’. Sea como fuere, la de hoy ha sido la segunda bajada de tipos del año, tras la de junio y a pesar de que la inflación subió una décima en julio.

Desde luego, si hay alguien que ha celebrado la cesión del BCE es Pedro Sánchez, que podrá seguir aumentando la deuda pública sin temor a que los tipos de interés la encarezcan todavía más. En otras palabras, el presidente podrá continuar con su política económica consistente en malgastar el dinero de los contribuyentes -este jueves ha prometido 40.000 millones de euros para bicicletas- y venderlo como un éxito. Las cifras asustan: desde que llegó a La Moncloa en 2018, ha disparado la deuda pública en 370.000 millones de euros.

Por otra parte, y como ya hemos explicado en ocasiones anteriores, para drenar liquidez, el BCE continúa reduciendo el programa de compra de activos (APP), así como el programa de emergencia de compra de activos frente a la pandemia (PEPP). Este último, a una media de 7.500 millones de euros al mes, de tal manera que lo previsto es que concluya a finales de año. Menos mal. Mucho ha durado.