Fuentes del Banco Central Europeo (BCE) aseguran a Hispanidad que el supervisor de Francfort está presionando a los bancos, también a los españoles, no sólo para que moderen su beneficios récord, sino también para que remuneren el pasivo.
En la cúpula del regulador no admiten el argumento de los bancos de que no están elevando el precio de los préstamos ante la atonía del crédito -sí, lo están haciendo- y que la remuneración del pasivo sólo se aplica al cliente digital. No: el BCE quiere que se aplique a todos los clientes.
Banqueros y empresarios viven engañados por las encuestas de medición de la calidad del servicio, que siempre concluyen lo mismo: el servicio que damos al cliente es formidable
El problema de fondo es de reputación corporativa. En España, por ejemplo, en todo el sector bancario ha cundido la idea de que nada ni nadie podrá conseguir que la banca tenga buena imagen. A lo mejor es verdad pero eso no quita que lo justo sea remunerar los depósitos.
En cualquier caso, el problema tiene más fondo: cada vez que un banco anuncia un beneficio récord, la imagen de todo el sector desciende, la plantilla de desmoraliza aún más porque malvive en condiciones cada día más precarias y el servicio al cliente empeora por mor de esa desmoralización y de esa precariedad. La merma en la calidad del servicio prestado... esto sí que es grave.
En España, en todo el sector bancario ha cundido la idea de que nada ni nadie podrá conseguir que la banca tenga buena imagen. A lo mejor es verdad, pero eso no quita que lo justo sea remunerar los depósitos
Otrosí banqueros y empresarios viven engañados por las encuestas de medición de la calidad del servicio, que siempre concluyen en lo mismo: el servicio que damos al cliente es formidable. Y resulta que es falso pero con ello el equipo directivo mantiene confiados y engañados al presidente y al CEO.
Son encuestas, con preguntas pagadas, que generalmente se quedan en el cómo le han atendido. Hombre, de común, los encargados de atención al cliente atienden bien, con educación y afabilidad -¡Sólo faltaba!- el cliente dice que sí, que le han tratado bien, pero que no han arreglado su problema. No se enfada, sólo se desespera, pero el presidente concluye que la calidad del servicio ha mejorado.
En cualquier caso, el gestor bancario debe pensar en el accionista pero también en el empleado y, sobre todo, en el elemento más importante del trío: el cliente bancario.
Lo que pretende el BCE es que los bancos remuneren el pasivo, no sólo al cliente digital, ese que consume pocos costes de transformación. La subida del precio del crédito se aplica tanto a los clientes digitales como a los analógicos
Y el cliente no está satisfecho ni adora a su banco. O como decía un empleado bancario, cuando un cajero no funciona no emite un reclamación: simplemente se marcha a otro.
En cualquier caso, por el momento, lo que pretende el BCE es que los bancos remuneren el pasivo, no sólo al cliente digital, ese que consume pocos costes de transformación. Y esto porque la subida del crédito se aplica tanto a los clientes digitales como a los analógicos.