Pedro Sánchez está más cerca de su investidura, tras el sonado acuerdo con ERC y la firma de otro con el BNG. Sólo faltan los últimos flecos y más ‘precios’ a pagar a cambio: el PSOE sigue negociando el apoyo de Junts; mientras el lehendakari, Iñigo Urkullu, le recuerda que todavía falta el PNV; y Coalición Canaria se mantiene en la abstención, pero advierte que si el PSOE quiere su ‘sí’ debe “mover ficha”. Hay cierta tranquilidad entre los colocados a dedo por el Gobierno, aunque Beatriz Corredor tiene más papeletas para seguir en Redeia que Arturo Gonzalo en Enagás, por el hecho de que es amiga de Sánchez.

Corredor fue una de las firmantes del manifiesto para apoyar a Sánchez que lanzó José Luis Rodríguez Zapatero durante la campaña de las pasadas elecciones del 23-J. La exministra socialista no sólo es amiga del líder socialista y presidente en funciones, sino que le debe su puesto: la presidencia de Red Eléctrica (hoy Redeia) desde febrero de 2020 sin tener ninguna experiencia en el sector energético. Esta licenciada en Derecho y registradora de la propiedad de 55 años fue ministra de Vivienda en el segundo mandato de ZP y después pasó a secretaria de Estado de Vivienda y Actuaciones Urbanas, a las órdenes del entonces ministro de Fomento, José Blanco, hasta diciembre de 2011.

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Por su parte, Gonzalo es amigo de Teresa Ribera, así que su futuro como CEO de Enagás está bastante ligado al de la vicepresidenta ecológica, quien ahora se disputa la Vicepresidencia primera con Yolanda Díaz... con vistas a ser comisaria europea el próximo año. Gonzalo aterrizó en la compañía transportista de gas y gestora del sistema gasista español en febrero de 2022, dentro del asalto del PSOE que supuso la salida de todos los consejeros peperos excepto Ana Palacio. Antes de aterrizar en Enagás, este doctor en Ciencias Químicas y escritor de 60 años había trabajado en Repsol desde 1990 con algunos paréntesis en cargos públicos: director de la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid que dirigía el socialista Joaquín Leguina; director de la Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático en el Ministerio de Medio Ambiente siendo su titular la socialista Cristina Narbona y coincidiendo con Ribera, que era directora general de la Oficina de Cambio Climático.

Eso sí, ni Corredor ni Gonzalo destacan por una buena gestión al frente de Redeia y Enagás, respectivamente, donde el Estado (a través de la SEPI) es dueño del 20% y del 5% capital, respectivamente, aunque ambos pertenecen a la ‘smart people’ sanchista, que se ha convertido en una nueva versión de la ‘beatiful people’ de la época felipista y que le permite a Sánchez injerir en diversas empresas cotizadas públicas y semipúblicas. La primera compañía, que es transportista de electricidad y operadora del sistema eléctrico español, ha reducido beneficio y ha incrementado gastos y deuda, y también ha visto hundirse su cotización; mientras la segunda, transportista de gas y gestora del sistema gasista español, ha visto desplomarse su beneficio un 26,7% y continúa en descenso en ingresos y resultado bruto de explotación (ebitda). Ante este escenario ha surgido el rumor de una fusión entre Redeia y Enagás para crear una gran empresa de redes de transporte de luz y gas, justo cuando las redes son uno de los puntos fundamentales de la transición energética... y teniendo en cuenta que en varios países los gestores de los sistemas eléctrico y gasistas son el mismo (por ejemplo, en Portugal). 

Entre los consejeros de Redeia y Enagás hay varios ligados a cargos socialistas: los dominicales Mercedes Real Rodrigálvarez, Ricardo García Herrera, Esther María Rituerto, Santiago Ferrer y Bartolomé Lora; los independientes Elisanda Malaret, Marcos Vaquer y José Juan Ruiz; y Antonio Llardén

Paralelamente, no hay que olvidar que la cercana investidura de Sánchez también da tranquilidad a otros muchos miembros de los consejos de administración de Redeia y Enagás. En el primer caso, están los tres consejeros dominicales de la SEPI (Mercedes Real Rodrigálvarez, Ricardo García Herrera y Esther María Rituerto) y algunos consejeros independientes: Elisanda Malaret, que fue diputada socialista -procedente del PSC-; Marcos Vaquer, quien fue director general de Urbanismo y Política de Suelo, subsecretario de Vivienda y presidente de la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES); y José Juan Ruiz, quien hace décadas, estando Felipe González en La Moncloa, desempeñó cargos en la Secretaria de Estado de Comercio y en la de Economía, y fue subsecretario de Economía Internacional y Competencia. 

En el caso de Enagás, destacan los dos dominicales de la SEPI (Santiago Ferrer y Bartolomé Lora) y algunos independientes: los exministros socialistas José Montilla y José Blanco; Manuel Gabriel González, quien fue diputado del PSOE durante cinco legislaturas y tuvo varios cargos en Castilla-La Mancha (entre ellos, delegado del Gobierno en dicha región); María Teresa Arcos, quien ha ocupado varios cargos públicos (entre ellos, directora general de Telecomunicaciones y Ordenación de Servicios Audiovisuales, y formó parte de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones); y María Teresa Costa, quien presidió la antigua Comisión Nacional de Energía entre 2005 y 2011 y ha sido consejera de Red Eléctrica entre 2018 y 2022. Y sin olvidar al presidente no ejecutivo, Antonio Llardén, que era el gran ejemplo de cómo mantenerse al frente de una empresa pública con el PSOE y con el PP hasta la llegada de Arturo Gonzalo.