En diciembre del pasado año, el lujo destronaba a la tecnología. Bernard Arnault, CEO de LVMH (Dior, Loewe, Givenchy), se convertía en el hombre más rico del mundo, por delante de Musk o Bezos. La frase de Arnault dicha hace años parecía pronosticar este cambio en las fortunas: "¿Puedes decir que dentro de 20 años la gente seguirá usando el iPhone? Tal vez no. Dentro de 20 años, estoy bastante convencido de que la gente seguirá bebiendo Dom Pérignon".

Y parece que la tendencia continúa, Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) ha tenido un beneficio de 14.084 millones de euros en 2022, que supone una subida del 17% respecto a las ganancias de 2021 y una facturación de 79.184 millones, un 23,3% más que hace un año. Por su parte, los ingresos del cuarto trimestre fueron de 22.699 millones de euros, según ha informado la compañía.

De los 79.184 millones facturados en 2022, casi la mitad procede del negocio de moda y productos de marroquinería, con 38.648 millones (+25%). Le sigue el comercio minorista selectivo, con 14.852 millones (+26%); joyería y relojería, con 10.581 millones (+18%); perfumería y cosmética, con 7.722 millones (+17%); vinos y licores, con 7.099 millones (+19%).

La compañía ha remarcado que Europa, Estados Unidos y Japón aumentaron considerablemente, beneficiándose de la fuerte demanda de los clientes locales y la recuperación de los viajes internacionales. Asia se mantuvo estable durante el año debido a la evolución de la situación sanitaria en China.

Para el gigante del lujo francés que dirige Bernard Arnault, 2022 ilustra "nuestro desempeño y el atractivo de nuestras marcas durante un año marcado por desafíos económicos y geopolíticos". Además ha señalado las "actuaciones excepcionales de Louis Vuitton, Christian Dior, Celine, Fendi, Loro Piana, Loewe y Marc Jacobs".