Al fondo BlackRock se le puede considerar el colonizador de la Bolsa española (está presente en las 35 cotizadas del Ibex y en 36 empresas del Mercado Continuo), donde a finales del pasado enero tenía más de 36.800 millones de euros invertidos, según Expansión. A lo largo de estos meses, le han salido algunos competidores, como Criteria Caixa o el propio Estado español a través de la SEPI, pero esto no ha lastrado sus números, que van a todo ritmo: ha elevado sus ingresos un 9,5% y ha disparado su beneficio un 21,6% en el primer semestre.

El fondo que dirige Larry Fink ha aumentado también sus activos gestionados, una lista en la que ha cobrado más peso Naturgy, tras la compra del fondo GIP. Pero como lo de BlackRock no son los grandes porcentajes (de hecho, su representante en España, Luis Megías, ha recordado que “porcentajes muy grandes en compañías cotizadas es difícil que mantengamos”), busca comprador y ha puesto sus ojos en la empresa estatal argelina Sonatrach... para venderle un 17% de su participación. Eso sí, no tiene ninguna prisa porque el primer paso es cerrar la compra de GIP, una operación que prevé en el tercer trimestre que ha comenzado este mes y con la estima añadir unos 91.691 millones en activos de infraestructura bajo gestión.

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Volvamos a los resultados semestrales. BlackRock ha aumentado sus ingresos un 9,5%, a 8.741 millones, gracias en parte, a la contribución del segundo trimestre (4.406 millones, un 7,7% más). Por su parte, el beneficio neto se ha disparado un 21,6%, a 2.813 millones. Además, han aumentado los activos bajo gestión en 155.876 millones en el segundo trimestre.

“BlackRock generó casi 140.000 millones de dólares de entradas netas totales en el primer semestre de 2024, incluidos casi 82.000 millones de dólares en el segundo trimestre, lo que resultó en un crecimiento orgánico de las tarifas base del 3%”, ha presumido Larry Fink. Asimismo, ha destacado que el crecimiento orgánico estuvo impulsado por los mercados privados, la renta fija activa minorista y los crecientes flujos hacia los ETF (fondos de inversión cotizados), que tuvieron el mejor comienzo de año registrado. Y no olviden que a Fink le ha dado últimamente por la indefinición sobre el clima, al estilo de Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. Decíamos que Fink busca contentar a todos y eso es complicado, como se puede ver en las nuevas directrices que ha introducido para fondos climáticos: por un lado, quiere atender las demandas de los clientes europeos, más proclives en general a una mayor descarbonización; y al mismo tiempo, cumplir con las leyes de EEUU que obligan a los gestores a priorizar los rendimientos financieros.

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