Boeing se dirige al despegue, a la vista de los resultados del primer trimestre. No sólo ha logrado reducir sus pérdidas, sino que también ha elevado ingresos, ha mejorado el margen operativo y además ha bajado deuda.
El fabricante aeronáutico estadounidense ha reducido sus pérdidas netas un 65,7%, a unos 384,6 millones de euros, respecto a las del primer trimestre del año pasado. Una ligera buena noticia tras los números rojos de 4.646 millones que registró en el conjunto de 2022 y que fueron sólo una muestra más de la larga crisis que lleva atravesando los últimos años: empezó por la crisis del 737 Max, surgida tras problemas de seguridad y dos accidentes que causaron 346 muertes; y a la que después se sumó el batacazo del Covid-19.
Boeing ha aumentado sus ingresos un 28% entre enero y marzo, a 16.225 millones: 6.068 millones (+60%) del negocio de aviones comerciales gracias a mayores entregas, 5.919 millones (+19%) de la división de Defensa, Espacio y Seguridad, y 4.271 millones de servicios globales (+9%). El grupo ha mejorado su margen operativo, que ha pasado del -8,3% al -0,8%, así como el flujo de caja operativo, que se ha reducido a la décima parte, hasta los 288 millones, aunque aún sigue en terreno negativo. Además, la deuda ha bajado a 50.163 millones, respecto al nivel que cerró 2022, por la amortización de vencimientos de deuda.
“La demanda es fuerte en todos nuestros mercados clave y estamos aumentando las inversiones para avanzar en nuestros programas de desarrollo e innovar capacidades estratégicas para nuestros clientes y para nuestro futuro”, ha explicado su presidente y CEO, David Calhoun. De cara al conjunto del año, Boeing prevé entregar entre 400 y 450 aviones 737, por el aumento de producción mensual, pese a un problema de piezas del 737 Max a corto plazo, y también hay planes para fabricar más 787.