José Bogas y Francisco José Riberas han coincidido en subrayar la importancia que debe tener la industria en nuestro país, y más dentro de un contexto donde la Unión Europea está apostando por la reindustrialización para aumentar la competitividad (en esa línea van los informes de Mario Draghi y de Enrico Letta). En el Spain Investors Day, Bogas ha subrayado que el peso de la industria “debe ser el 20%”, y Riberas ha urgido a “moverse” para ello. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, debe tomar nota.

Al hilo de esto, cabe recordar que la industria española está lejos de ese 20% de peso sobre el PIB que en 2014 la Unión Europea fijó como un objetivo a alcanzar en 2020. Esta meta se sigue incumpliendo, pero nuestro país debería esforzarse más en lograrlo y así dejar de depender tanto del turismo (que aportó el 13,1% del PIB en 2024) porque la industria genera empleos de mayor calidad y estabilidad.

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Claro que no sólo España tiene deberes, sino también el conjunto de la UE. Ante las elecciones europeas del pasado junio, las petroleras y las energéticas pidieron menos sobrerregulación para no perder más terreno con China y EEUU, y reimpulsar la industria. Al hilo de esto y de las recientes palabras de Bogas y Riberas, cabe recordar que Antonio Brufau, presidente no ejecutivo de Repsol, en la última Junta de Accionistas celebrada el pasado mayo, subrayó que la pérdida de peso de la industria sobre el PIB de la UE, que ha pasado del 21,90% al 17,51% entre los años 2010 y 2023, por una regulación excesiva y compleja, una escasa preocupación por la competitividad y el único énfasis en la sostenibilidad (olvidando el resto de elementos del trilema energético -seguridad de suministro y precios asequibles-). Mientras que en EEUU el peso de la industria en su economía ha crecido del 22,56% al 26,11% y en China ha subido del 9,07% al 16,85%.

El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, también ha defendido la apuesta por la industria en numerosas ocasiones, apostando por una transición energética bajo el principio de neutralidad tecnológica y una descarbonización basada en las capacidades que tiene España. Es más, incluso llegó a enfrentarse directamente a Teresa Ribera acusándola de desindustrializar nuestro país. Un apuesta por la industria que también han mostrado otros directivos de Repsol, como Luis Cabra y Jaime Martín. Además, cabe referir que el pasado junio, Wopke Hoekstra, entonces comisario de Acción por el Clima de la Comisión Europea, apuntó a continuar con la reducción de emisiones, pero “sin olvidar la competitividad”. Desde el pasado 1 de diciembre, Hoekstra es comisario europeo de Clima, Emisiones Netas Cero y Crecimiento Limpio. 

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Ahora, el CEO de Endesa ha pedido aligerar la regulación, pues España tiene “la más compleja en Europa en distribución” eléctrica. Se trata de un aspecto que considera necesario para incentivar la demanda eléctrica (que ha descendido y está en desequilibrio respecto al aumento de las energías renovables) a través de la electrificación y de mejorar en Inteligencia Artificial, y de la construcción de centros de procesamientos de datos (como los dos que planean levantar Merlin y Edgeg Energy en Extremadura). Asimismo, aunque está de acuerdo con el 80 o el 90% del ambicioso (e imposible de cumplir) Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), cree que tiene “cosas a corregir”, como el aumento de ella demanda porque podría haber hasta un 10% de vertidos de renovables. Un cambio en la regulación que, en su opinión, evitaría los vertidos y la bajada de la rentabilidad. Eso sí, la presidenta no ejecutiva de Redeia, la exministra Beatriz Corredor, no ha recogido mucho el guante y ha insistido en que los vertidos apenas representan el 2%,… una cifra que muchos no se creen y señalan que es mucho mayor.

Por su parte, Francisco José Riberas ha subrayado que el modelo de industria español “se ha caído” al tener que enfrentarse a China y EEUU y por eso ha urgido a “moverse”. El presidente ejecutivo de Gestamp ha referido que debemos “desarrollar competitividad, IA, digitalización... cosas que seamos más inteligentes, pero también hay que mejorar en financiación, para que tiremos con los mismos bazocas que en China y EEUU, porque no podemos ir por detrás”. No hay que olvidar que en la famosa ley IRA estadounidense se incluyeron muchos incentivos a las inversiones, mientras al otro lado del océano Atlántico se ha apostado por muchísima regulación y en el caso concreto de España también por muchos y elevados impuestos.

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El ministro Hereu debe tomar buena nota. Y por cierto, España no se reindustrializa con proyectos como el de la gigafactoría de Stellantis y CATL del que tanto presume el Gobierno Sánchez. Este viernes, Hereu y Pilar Alegría, ministra portavoz y titular de Educación, FP y Deportes, han visitado dicha gigafactoría.

También en el Spain Investors Day, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aageseen, ha señalado que “España está en un momento histórico por su reindustrialización hacia modelos industriales sostenibles. Por ello, incentivaremos este camino con regulaciones que faciliten a las empresas el formar parte de esta transición”. Sin embargo, no parece que sea así por su actitud con la industria nuclear de nuestro país (la cual genera casi 30.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos) porque ha descartado cualquier cambio en el calendario de cierres de las centrales. Por ahora, hace caso omiso a las múltiples voces que avisan de apagones y de riesgos para el suministro eléctrico, así como de subida del precio de la luz (algo que también ha referido el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para defender la central de Almaraz). Aagesen debería reunirse con el Foro Nuclear y tener en cuenta lo que advierte su presidente, Ignacio Araluce. Además, cabe recordar que el próximo sábado 18 hay una manifestación convocada por la plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al Futuro’ (creada por 40 alcaldes no se resignan al cierre de la central extremeña ) para defender Almaraz. 

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