Indra ha comprado el 9,5% de ITP Aero por 175 millones de euros, según informó la compañía este viernes. Una operación que no es la que el mercado esperaba, principalmente por dos motivos: el precio es elevado -es un 10% superior al que pagó Bain a Rolls Royce en octubre de 2022- y, más importante aún, se trata de una participación minoritaria que no despeja la cuestión de fondo, que no es otra que el futuro de Indra como eje de la industria militar, no sólo española, sino europea.
Eso es lo que se está jugando Indra -y España- en el momento actual: ser relevante en la industria de Defensa, cuyo buque insignia es el nuevo avión de combate FCAS. Y ojo, porque es ahora cuando está pasando este tren y no se puede dejar escapar. Francia y Alemania están al quite.
Por eso, no se entiende que Indra no aprovechara la ventana de oportunidad que finalizó el 30 de junio para hacerse con una participación mayoritaria de ITP y, encima, a un precio más asequible. Con la operación de este viernes, no sólo no consigue el control, sino que, además, encarece la compra para el próximo gobierno. Porque una cosa está clara: tener el 9,5% sólo sirve para tener un consejero y cobrar el dividendo, pero nada más.
En definitiva, el mercado ha castigado a Indra, que ha llegado a caer un 4% en el inicio de la sesión, aunque finalmente se ha moderado hasta el -1,19% frente al +0,66 del Ibex, por el caos interno que refleja la operación, consecuencia a su vez de la parálisis política. Son ya muchos meses. Primero, por las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo y, después, por la precipitada convocatoria del 23-J, cuyo resultado podría llevarnos a una nueva cita electoral a finales de año.
Lo cierto es que esto sólo sucede en España. No la repetición de las elecciones, sino que la política de Defensa no sea una cuestión de Estado, pactada por los principales partidos. Aquí es todo lo contrario y no sólo estamos pendientes del presupuesto de Defensa, sino incluso de la continuidad del presidente y el consejero delegado de Indra, dependiendo de quién esté en La Moncloa. Entonces, si desconocemos todo esto, ¿por qué se ha dado el paso?