La bombona de butano, considerada la energía de los pobres al ser la más barata (el cliente sólo paga por lo que consume), sigue al alza. Es más, registra la primera subida desde que Sara Aagesen tomó posesión como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y costará 16,64 euros a partir del día 21.
Desde el pasado septiembre, la bombona de butano acumula tres subidas consecutivas: del 3,85% en el noveno mes, del 4,27% en noviembre y del 0,18% ahora. En total, desde el inicio del tercer Gobierno Sánchez (el 16 de noviembre de 2023), encadena tres subidas, dos descensos y otras tres subidas consecutivas. Como saben, el precio de la energía más barata se revisa cada dos meses y como máximo puede subir o bajar un 5%.
En esta ocasión, el ligero incremento del 0,18%, a 16,64 euros, se debe al ascenso de la cotización de las materias primas -propano y butano- (+0,43%), pese a los menores precios de los fletes -costes de transporte- (-1,18%) y la depreciación del euro frente al dólar (-4,1%). Otro disgusto para los ocho millones de hogares que usan bombona de butano y disfrutan de sus ventajas: versatilidad -múltiples usos-, alto poder calorífico y se puede mover. Y no será el único, pues con el nuevo año ha subido el IVA de los alimentos básicos (pan, leche, huevos, queso, frutas, verduras, legumbres y cereales), el aceite de oliva, así como el de las pastas y los aceites de semilla, y también serán mayores las facturas de la luz (por el aumento de su IVA y de los costes fijos del sistema eléctrico) y del gas natural.
Eso sí, el consumo de envases de gas licuado del petróleo -GLP- se mueve a la baja en España, donde el negocio tiene precio regulado y es poco probable su liberalización: 64,5 millones de envases anuales, lo que supone un descenso del 25% entre 2010 y 2021,... y afecta a sus dos principales vendedores (Repsol y Cepsa). Asimismo, el Departamento de Aagesen trabaja en revisar la fórmula que calcula los costes de venta de la bombona de butano y la diseñará la CNMC.
En paralelo, la semana pasada, Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (FEDGLP) anunció acciones inmediatas al ver insuficiente la propuesta del Gobierno para el reparto domiciliario de butano. De hecho, celebrará una Asamblea Extraordinaria en febrero, donde se propondrán, entre otras medidas, la suspensión indefinida del reparto y la organización de movilizaciones de camiones de reparto en Madrid ante la sede del Ministerio que dirige Aagesen. Reclaman que una actualización de al menos 1,80 euros por bombona para cubrir los costes reales del servicio, en vez del incremento de 0,30 euros del borrador de la nueva orden ministerial.