La bombona de butano sigue al alza con Pedro Sánchez, y subirá otro 5% a partir del próximo martes 16, hasta 15,89 euros. Menos mal que Junts se abstuvo en la votación del famoso decreto anticrisis en la tarde del 10 de enero... y se pudo aprobar la prórroga de su tope máximo en 19,55 euros hasta el próximo 30 de junio.
Recuerden que se la considera la energía de los pobres porque es la más barata que hay en España, pues el cliente sólo paga por lo que consume, es decir, no los costes del llamado midstream (transporte, almacenamiento y venta al por mayor de productos crudos o refinados del petróleo). Su precio está regulado, se revisa cada dos meses (en concreto el tercer martes) y como máximo puede subir o bajar un 5%. Además, en los últimos tiempos, después de que alcanzara su récord de 19,55 euros con Sánchez en La Moncloa en mayo de 2022, superando los máximos que registró con el pepero Mariano Rajoy (17,50 euros en marzo de 2015) y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero (15,19 euros), se fijó que no podría superar el precio máximo de 19,55 euros en junio de 2022 (tope que se acaba de prorrogar hace unos días... gracias a la abstención de Junts).
Ahora, con la revisión de este mes, la bombona de butano encadena ya dos aumentos consecutivos en el tercer Gobierno Sánchez, tras encarecerse, llegando 15,14 euros el pasado noviembre y después de seis bajadas anteriores. En concreto, la subida de enero se debe al aumento del 4% en el coste de los fletes (es decir, del transporte... no hay que olvidar lo que está ocurriendo en el mar Rojo), a la elevada cotización de las materias primas y a la apreciación del euro frente al dólar (+2,2%).
España es una excepción dentro del negocio europeo de butano porque su precio está regulado, mientras en otros países se ha liberalizado: aquí unos ocho millones de hogares disfrutan de sus ventajas (versatilidad -múltiples usos-, alto poder calorífico y que se puede mover). Eso sí, el consumo total de envases de GLP (incluida la bombona de 12,5 kilogramos, que tiene su precio regulado) se mueve a la baja: ha caído más de un 25% entre 2010 y 2021; algo que notan principalmente Repsol, su primer vendedor, y Cepsa, el segundo.
Con las dos subidas consecutivas de la bombona de butano, parece que habrá que preparar más los bolsillos. Y es que ya se sabe que este año subirán los precios de: luz, gas, leña, pellets, peajes, alimentos básicos, taxi, teléfono, vivienda, paquetería, sellos... y también cotizaciones sociales por el nuevo aumento del SMI.