BP ha caído en bolsa más de un 4%, tras publicar sus peores resultados desde tiempos del Covid-19 (en concreto, desde el cuarto trimestre de 2020). Y es que no sólo se ha desplomado su beneficio un 84%, sino que también ha reducido ingresos y ha crecido la deuda en los nueve primeros meses del año.
La petrolera británica se plantea revisar algunas previsiones financieras, pero mantiene el incremento del dividendo trimestral y anuncia una nueva recompra de acciones. Esto último va en la misma línea de lo referido hace unos días por la noruega Equinor y por la italiana Eni. Eso sí, también conviene recordar que hace casi tres semanas, el CEO de la petrolera británica, Murray Auchincloss, anunció el abandono del compromiso de reducir un 25% la producción de petróleo y gas para 2030, un objetivo que ya se bajó en febrero de 2023 respecto a la pretensión inicial (40%), por lo que ahora se aminora más la velocidad para alcanzar las emisiones netas cero en 2050.
BP se ve afectada por el menor precio del petróleo, la menor producción, los márgenes de refino y las depreciaciones... y reduce su ambición verde
BP ha visto descender sus ingresos un 8,7%, a 135.892 millones de euros. Por su parte, el beneficio bruto de explotación (ebitda) ajustado ha descendido a 27.448 millones. Y el beneficio neto se ha desplomado un 84%, hasta 2.170 millones, en gran parte por el batacazo del tercer trimestre (206 millones, un 96% menos). Menos ingresos y ganancias, frente a los aumentos que ha tenido la petrolera portuguesa Galp. En el caso de la británica los motivos han sido varios (el menor precio del petróleo, sino también la menor producción, los márgenes de refino y las depreciaciones). Además, entre julio y septiembre, el negocio petrolífero redujo su beneficio antes de impuestos a 1.762 millones; mientras que el del negocio gasista y de energía de bajo carbono se triplicó, alcanzando 927 millones, gracias a las mayores ventas de gas.
La deuda neta ha crecido, situándose en 22.524,6 millones, debido al menor flujo de caja operativo, los mayores gastos de capital y los menores ingresos por desinversiones. Eso sí, BP ha completado la adquisición de la participación del 50,03% que aún no controlaba en Lightsource bp, uno de los principales desarrolladores y operadores mundiales de activos solares y de almacenamiento de baterías a gran escala. Asimismo, ha ampliado la alianza que tiene con Iberdrola en movilidad eléctrica: ahora la eléctrica le proporcionará energía para producir hidrógeno verde que contribuirá a descarbonizar su refinería de Castellón.
BP cuenta con más de 700 estaciones de servicio en España, ocupando el tercer puesto, tras Repsol y Cepsa. Claro que con todo el ruido que ha surgido respecto al impuestazo energético y la voluntad del Gobierno de que sea permanente, cabe recordar que la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) -que agrupa a BP, Cepsa, Galp, Gunvor, Repsol y Saras- ha advertido que eso afectará a las inversiones en transición energética e imposibilitará alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).