Cuando el principal objetivo de una compañía es reducir costes de manera drástica mientras los ingresos siguen cayendo, es que el negocio no marcha bien. Es lo que le está sucediendo a BT, que ha centrado todos sus esfuerzos en acelerar el plan de ahorro de costes para que concluya en 2024, un año antes de lo previsto. Están en juego 2.000 millones de libras, según la operadora.
Mientras tanto, el negocio sigue cayendo: los ingresos se redujeron un 2,7% durante los nueve primeros meses del año, hasta los 10.305 millones de libras (unos 12.200 millones de euros) y el beneficio se desplomó un 49,6%, hasta 431 millones de libras (510 millones de euros).
Menos ingresos, menos beneficio, pero más deuda, que alcanzó los 18.241 millones de libras (21.600 millones de euros), un 2,5% más que la registrada en 2020.
A pesar de todo, Philip Jansen, consejero delegado de la compañía, ve el vaso medio lleno: “BT va por buen camino y con resultados en línea con nuestras expectativas”, afirmó. Pues vaya.