Las cuentas de los nueve primeros meses del año presentadas este miércoles por Cajamar son buenas, con un negocio bancario al alza, como vimos en los resultados hasta junio, pero con una salvedad: el ROE (rentabilidad sobre recursos propios) bajó un 0,6%, hasta el 7,9% frente al 8,5% logrado en el primer semestre. En cualquier caso, es de justicia resaltar que la mejora ha sido muy notable desde septiembre de 2023, cuando el ROE no superó el 3,2%. Además, la ratio de eficiencia se mantuvo estable en un más que positivo 45,6%, frente al 50,2% del año anterior.
Como hemos señalado antes, el negocio típicamente bancario creció significativamente: el margen de intereses aumentó un 20,4%, hasta los 925,6 millones de euros, y las comisiones también aumentaron, un 14,2%, hasta los 230,5 millones. En esta línea, el margen bruto alcanzó los 1.194,3 millones de euros, un 23,3% más que un año antes, y el margen de explotación repuntó un 34,6%, hasta los 649,1 millones. El beneficio después de impuestos fue de 245,9 millones, un 163,7% superior al del mismo periodo de 2023.
En el comunicado remitido esta mañana, la entidad que preside Eduardo Baamonde resalta la actividad comercial y el consiguiente aumento de los recursos gestionados minoristas, que alcanzaron los 55.589 millones de euros, un 8,6% más que un año antes. Los recursos minoristas de balance crecieron un 5,6% y los fuera de balance, un 24,1% gracias, principalmente, a los fondos de inversión, que aumentaron un 36,6%, muy por encima del 16,2% del crecimiento medio del sector.
Todo esto con una morosidad del 2,06% (un año antes estaba en el 2,2%) y un coeficiente de solvencia phased in del 16,2%, un 0,4% mejor que el del año anterior.