En España no sólo hay una incipiente burbuja especulativa con hidrógeno verde, que ha empezado a interesar a China, sino que también continúa creciendo la doble burbuja especulativa con energías renovables. Recuerden que, por un lado, hay muchas empresas del negocio que cotizan con sonoras alzas y caídas; y por otro, múltiples operaciones de ventas de compañías, proyectos, carteras e incluso partes de todas las anteriores; y ya hay rumores de pinchazo e incluso críticas del millonario badalonés José Elías, primer accionista y presidente ejecutivo de Audax Renovables. Claro que la burbuja especulativa verde atrae cada vez más a Abu Dabi, porque Masdar está muy cerca de ser el nuevo dueño de Saeta Yield, tras comprar a Endesa el 49,99% de las plantas fotovoltaicas en operación que tiene en España a finales del pasado julio.

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Sí, se confirmó lo esperado… siendo otra muestra más de la tendencia predominante dentro del sector energético en materia de renovables, la cual pasa por vender el 49%. El comprador elegido fue Masdar, una empresa estatal de energía renovable emiratí que es propiedad de Taqa, la petrolera estatal Adnoc y Mubadala (el fondo soberano de Abu Dabi y primer accionista de Cepsa). Esto no es baladí… por varias razones: primero, porque el emirato no tiene problemas de dinero gracias a los petrodólares; segundo, porque hace unos meses Taqa intentó entrar en Naturgy e incluso llegó a un acuerdo con Criteria-Caixa, el cual se frustró cuando se descubrió que los emiratíes sí querían mandar en la energética que dirige Francisco Reynés; y tercero, porque acaba de hacerse con las plantas fotovoltaicas que Endesa tiene en operación en España y cuyo valor era de 1.700 millones de euros.

Las eólicas y fotovoltaicas de Saeta han atraído el interés de empresas de China, Francia, Japón, Abu Dabi… en concreto, de China Three Gorges -CTG-, Engie, TotalEnergies, Renewable Japan y Masdar, entre otras empresas. Y parece que Masdar será la ganadora

Ahora centrémonos en Saeta Yield, que podría tener su tercer dueño en tan sólo seis años… y todo empezó por culpa de Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid. Recuerden que Saeta Yield eran una de las empresas de renovables de ACS de las que Pérez quiso sacar una jugosa tajada: así, sacó a bolsa el 51% de Saeta en 2015, vendió un 24% al fondo de inversión estadounidense GIP, se quedó otro 24% y un 1,75% tenía la aseguradora Mutua Madrileña. En 2008, el fondo de inversión canadiense Brookfield lanzó una OPA sobre el 100% de Saeta y se hizo con la compañía por más de 1.000 millones. En noviembre de 2020, Brookfield quiso empezar a recuperar parte de lo invertido en la compra de Saeta e imitando a Florentino Pérez optó por desinvertir por trozos: primero, vendió las siete plantas termosolares y obtuvo unos 400 millones; y segundo, puso a la venta sus plantas eólicas y fotovoltaicas situadas en España, Portugal y Uruguay por unos 1.500 millones, unos 500 millones más de lo que le costó. Estas eólicas y fotovoltaicas de Saeta han atraído el interés de empresas de China, Francia, Japón, Abu Dabi… (en concreto, de China Three Gorges -CTG-, Engie, TotalEnergies, Renewable Japan y Masdar, entre otras empresas). Y parece que finalmente será Masdar la que se lleve el gato al agua.

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Tampoco hay que olvidar que Brookfield es el dueño del 100% de X-Elio, tras haberse hecho con la participación del 50% de KKR, pues ambos fondos compraron esta empresa de renovables a los hermanos Riberas; y hace unos años también mostró interés por los activos de Zero-E (propiedad de ACS y con la que ¡Oh capitán, mi capitán! estuvo meses especulando). Eso sí, al final, la petrolera portuguesa Galp creó una sociedad conjunta con ACS cuando adquirió parte de los activos de Zero-E y que se denominó Titan Solar, pero la especulación no acabó ahí... porque más adelante, Galp compró el 24,99% que no controlaba de Titan Solar después de que el grupo de Florentino Pérez transfiriera su participación a Cobra (compañía que vendió al grupo industrial francés Vinci). Y por cierto, Cobra acaba de hacerse con 150 millones (y no los 200 millones inicialmente anunciados) de ayudas del Gobierno Sánchez procedentes de los fondos europeos para dos electrolizadores que producirán hidrógeno verde en Castellón y Murcia para que lo consuman empresas industriales cercanas. 

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