Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Euorpeo (BCE), está muy preocupado con la situación actual, tanto de los bancos como de las bolsas europeas. “Desde un punto de vista global, los mercados de capitales europeos son muy pequeños y muy fragmentados”, afirmó el jueves en Bruselas. En otras palabras: si quieren prosperar deben fusionarse. En un mundo global no caben los pequeños mercados. ¿Son peores que los grandes? No necesariamente, pero en el siglo XXI prima el tamaño por encima de cualquier otra consideración.

En cualquier caso, llama la atención que el vicepresidente del BCE lance este mensaje solo dos años después de que la comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, vetara, precisamente, la fusión de los gestores de las bolsas de Londres y Fráncfort. Aquel fue el tercer intento en algo más de quince años de crear un gran mercado europeo. Ahora, Guindos vuelve a la carga, en un contexto que no ha cambiado mucho desde entonces.

A don Luis también le preocupa la actitud de los bancos tras los llamamientos de su jefe a que se fusionen. No hay manera: las entidades europeas no quieren saber nada de uniones transfronterizas. El último caso, el supuesto interés del italiano Unicredit por el alemán Commerzbank que el primero desmintió apenas veinticuatro horas después de que Reuters lo difundiera.

Los bancos españoles tampoco comulgan con Draghi. Ana Botín fue muy contundente cuando le preguntaron si estaba dispuesta a secundar el mandato del BCE: “Rotundamente no”, respondió el día de la Junta de Accionistas del Santander. A Guindos, claro, no le gustó aquello y el jueves aseguró que los bancos europeos han “reducido sustancialmente” sus actividades transfronterizas. Es más, en un momento en el que, se supone, caminamos hacia la unión bancaria, cerca del 60% de la exposición de los bancos es a su país de origen. Es decir, un desastre. Pero las entidades lo tienen clarísimo: no habrá fusiones mientras el BCE no suba los tipos y, sobre todo, mientras Bruselas no de determinados pasos. Por ejemplo, homologar las distinas legislaciones europeas, concretar el fondo de garantía de depósitos europeo...

2019 será otro año negro para los empleados de banca

El Santander ha comunicado a los sindicatos su intención de aplicar un ERE a 3.713 trabajadores, el 11% de su plantilla en España, y de cerrar 1.150 oficinas, el 26,4% de las que tiene en nuestro país. Lo más probable es que las cifras se suavicen un poco después de que los sindicatos pongan sus cartas sobre la mesa. Pero no se engañen: el ajuste será durísimo igualmente.

A esos 3.700 empleados hay que sumar los 2.000 de Caixabank que también dirán adiós a su empleo. Hablamos de 5.700 trabajadores en total, y solo son dos entidades, y no hemos llegado ni a la mitad del año. Porque otras entidades, como el BBVA, no hacen EREs pero sí realizan un ajuste continuado de la plantilla.

Y volviendo a las fusiones, ya ni siquiera prosperan las nacionales. Lo hemos visto con Unicaja y Liberbank. Como para plantearnos uniones con bancos extranjeros.