Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) ha acelerado el rumbo en el primer semestre, al haber logrado una cifra de ventas “históricamente altas” en dicho periodo, así como haber aumentado tanto el beneficio neto como el bruto de explotación (ebitda) y el neto de explotación (ebit)… Eso sí, parece que el mercado esperaba más.
Al cierre de la sesión del viernes 28, el fabricante vasco de trenes y autobuses vio descender su cotización un 0,31%, frente a un Ibex 35 que se movió ligeramente en rojo (-0,10%). En el parqué le fue mejor a Talgo, cuyo precio de acción subió un 3,65%. Todo ello, a pesar de que CAF ha tenido unos números semestrales en línea con los previstos y mejores que los del primer trimestre, lo que le ha permitido confirmar las perspectivas anuales. Algo que habrá dado bastante tranquilidad a sus principales accionistas, que son sus propios empleados (dueños del 24,973%) y Kutxabank (14,056%), y a los que siguen varios inversores institucionales.
La compañía, que preside Andrés arizkorreta y tiene como CEO a Javier Martínez Ojinaga, ha aumentado su beneficio neto un 12%, a 34 millones de euros. El ebitda ha ascendido a 138 millones, frente a los 108 millones de hace un año y los 120 millones de hace dos años. Y el ebit ha crecido un 27%, hasta los 85 millones, situando el margen ebit en el 4,5%. Al mismo tiempo, la compañía ha tenido que afrontar mayores gastos financieros (+40%) y de cierto impacto negativo de las diferencias del tipo de cambio.
La deuda financiera neta ha aumentado, pasando de 278 millones al cierre de 2022 a 309 millones. Eso sí, ha mantenido el ratio sobre ebitda en 1,2 veces
Por su parte, las ventas han aumentado un 23%, a 1.877 millones, nivel históricamente alto para un semestre y en el que ha contribuido que la cadena de suministro sea más fiable, aunque aún no está completamente normalizada. De esta cifra, 1.429 millones (+19%) han sido aportadas por el negocio ferroviario y los 448 restantes (+34%) por el negocio de autobuses de Solaris. La nueva contratación entre enero y junio ha descendido a 1.964 millones (-26%), frente al récord de 2.643 millones que alcanzó hace un año, y entre los nuevos pedidos están: trenes regionales en Francia, tranvías en Hungría, autobuses en Alemania e Italia, y trenes de Cercanías para Renfe. Así, la cartera de pedidos ha vuelto a situarse en máximos históricos, en concreto, en 13.377 millones (+1%), así que, al igual que Talgo, tiene carga de trabajo para años. Y por cierto, estas cifras seguirán creciendo, porque podría algo más de 400 millones en las adjudicaciones pendientes de firma.
Por último, un vistazo a su deuda financiera neta de la compañía con sede en Beasáin (Guipúzcoa), que ha aumentado: ha pasado de los 278 millones al cierre de 2022 a 309 millones. Eso sí, ha mantenido el ratio sobre ebitda en 1,2 veces.