La Junta General de Accionistas de Caixabank del próximo viernes 14 de mayo tiene, entre los puntos del orden del día, la aprobación del sueldo de José Ignacio Goirigolzarri: 1,65 millones de euros de sueldo fijo más un bonus de 200.000 euros si cumple objetivos y, a partir de 2025, podría ampliar ese variable con la entrega de acciones que si las recibiera hoy podrían suponer otros 260.000 euros adicionales.

No parece excesivo teniendo en cuenta que estamos hablando de la mayor entidad financiera de nuestro país y de que es presidente ejecutivo, aunque no con plenos poderes. Ana Botín cobró 6,8 millones en 2020 y Carlos Torres, 4,1 millones, y eso que se redujeron la remuneración de manera considerable por la pandemia.

La nueva Caixabank tiene, sin embargo, una peculiaridad: está participada por el Gobierno a través del Frob, que posee el 16% del capital. Es, de hecho, el segundo accionista de referencia. ¿Qué hará Teresa Santero, consejera dominical en representación del Frob, cuando llegue el momento de votar el sueldo de Goiri?

La propuesta llega con el aval de la Comisión de Retribuciones del banco, que preside Amparo Moraleda, expresidenta de IBM España y Portugal, y que cuenta, entre sus miembros, con la exministra de Zapatero, Cristina Garmendia.

Goiri lo tiene claro: quiere que el Gobierno vote a favor y si no lo hace, incluso si se abstuviera, podría plantearse abandonar el banco y marcharse a su casa. Lo cierto es que al presidente de Caixabank le cabrea solo pensar en esa posibilidad. Él, que accedió a presidir Bankia cobrando únicamente 500.000 euros, con todo el desgaste que supuso en los primeros años, que ahora el Gobierno le ponga pegas para cobrar un sueldo de 1,65 millones…

Todo esto surgió tras las críticas de Nadia Calviño a los sueldos de los banqueros, principalmente de entidades inmersas en EREs, como es el caso de Caixabank. El CEO, Gonzalo Gortázar, lo dejó claro el jueves, durante la presentación de resultados de la entidad: tanto el ERE como las remuneraciones se trataron durante el proceso de fusión en el que participó el Gobierno.

En definitiva, atentos a los días previos a la junta de Caixabank y al propio viernes 14. Será una Junta movida o eso es lo que pretenden los sindicatos. Ya veremos.