Desde el punto de vista meramente contable, Merlin Properties no remonta el vuelo. Y es que la cuenta de resultados correspondiente a los nueve primeros meses de 2023 nos deja una de cal y otra de arena. Si bien la socimi vuelve a beneficios, frente a las pérdidas que registró el pasado trimestre, su beneficio se desploma un 97,7% respecto a los 567 millones que ganó en el mismo periodo del año pasado.

Una vez más, este descenso no se debe a la actividad y la marcha de la socimi, sino al impacto del ajuste en la valoración de los activos, que también jugó en su contra en la presentación de resultados del pasado año. En concreto, por las subidas de los tipos de interés en la valoración de sus activos inmobiliarios y el impacto de la venta de las oficinas de BBVA el año pasado. 

Es más, Merlin cuenta con una ocupación histórica de sus activos, con un ratio del 96%. Y de la misma forma, la firma capitaneada por Ismael Clemente aumenta en un 7,2% sus ingresos, hasta los 365,4 millones de euros, y en un 10% su Ebitda, hasta alcanzar los 274,2 millones de euros. Merlin también ha realizado desinversiones, en su estrategia de rotación de activos no estratégicos, con la venta de dos centros comerciales y una nave industrial. 

La cuenta de resultados trae también buenas noticias en cuanto a la deuda, con un nivel de endeudamiento en 34,0%, cumpliendo así uno de los objetivos que avanzó Clemente en la Junta de Accionistas. Además, cuenta con una posición de liquidez de 1.181 millones, vencimiento medio de la deuda en 5,1 años y tipos de interés fijos al 94%.

Pese al desplome del beneficio, Merlin ha anunciado un dividendo a cuenta de 20 céntimos por acción, que se distribuirá a mediados de diciembre.